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REDACCIÓN: POLÍTICA Y JUSTICIA EN PLATÓN

REDACCIÓN: POLÍTICA Y JUSTICIA EN PLATÓN Si la filosofía platónica ha dado pie a múltiples interpretaciones, no cabe duda en aceptar que la verdadera pasión de Platón fue la sociedad justa, tal y como él mismo confirma en la Carta VII, podemos decir que «El problema hacia el que se orienta desde el primer momento el pensamiento de Platón es el problema del Estado.».
Platón dedicó varios de sus diálogos al tema de la política. De hecho “La República”, para algunos la más importante y cuidada de sus obras, tiene como objeto el tema de la justicia y del buen gobierno. En esa obra Platón (libro IV) es muy cuidadoso al describir la correlación que existe entre la triple división del alma y las clases sociales, pues si la armonía entre las partes del alma es la justicia para los individuos, la armonía entre los tres estamentos sociales es la justicia en la sociedad ya que la sociedad es reflejo de los hombres que la forman.
También describió la forma de vida en común que habrían de llegar los gobernantes para despejar de sus intereses todo ánimo de lucro o de dirigirse al gobierno para el enriquecimiento personal (libro IV).
La teoría política -o ese deseo de lograr una sociedad justa- presupone otros elementos que también están presentes en la filosofía platónica:
1.- un conocimiento de la verdad (identificación entre el filósofo y el gobernante).
2.- una educación adecuada (para descubrir las ideas que inspirarán toda acción política).
Ahora bien, ¿qué es la política? Partiendo del gran presupuesto de toda la mentalidad helénica de que el hombre es un ser social y de que debe vivir con los demás a causa de sus limitaciones, la convivencia organizada se convierte en una necesidad. La convivencia de los hombres se organiza a través de la política (de polis = ciudad) que, como máxima característica, busca la justicia. Por lo tanto, sólo cuando podamos saber qué es la justicia (como cuando nos preguntábamos qué es la belleza) es cuando podremos ser justos; sólo entonces, también, es cuando podrá existir una sociedad justa. Por lo tanto, se hace preciso que haya unos profesionales (en este caso los filósofos) de la verdad que puedan alcanzar ese conocimiento (en realidad, que puedan descubrir ascendentemente la esencia de la justicia) y que luego se encarguen de dirigir la sociedad (actuando desde ese principio de justicia).
La dialéctica, por cuanto que es el conocimiento de la verdad a través de las esencias, es la condición de quien persiga una sociedad justa. De este modo, la dialéctica resulta ser:
1.- el último y más perfecto grado del conocimiento del ser.
2.- el mismo proceso de ascender (educación) de la ignorancia al conocimiento y luego aplicarlo a los asuntos humanos.
Ello hace que la política platónica -la propuesta de una sociedad justa tal y como se expone en la República, dependa de que haya unos ciudadanos dispuestos (y disponibles) a recibir una educación (un proceso educativo, que en el mito de la caverna es la ascención desde el mundo de las som¬bras al mundo de la luz) planificada por unos fundadores y que como fines tiene:
1.- descubrir el mundo de las ideas.
la.- por lo tanto, reconocer la verdad.
lb.- por lo tanto, reconocer los errores del mundo sensible.
2.- aplicarse posteriormente a la acción de gobernar.
3.- preparar a futuros gobernantes en el mismo proceso educativo que, repitiéndose, les llevará a descubrir las mismas verdades y actuar de la misma manera.
Parece un contrasentido que una sociedad no aspire a la justicia (Aquí, el problema estribaría en cómo cada grupo humano entiende la justicia, pero eso también justifica el empeño platónico de la inmutabilidad de las ideas), lo que hace de esta cualidad el contenido básico de la política. Precisamente para evitar las distintas concepciones sobre la justicia, Platón, como una idea más, la supone única e inmutable, instalada en el mundo de las ideas y que una vez descubierta a través de la educación guiará y regulará irremediablemente la acción entre los hombres. La esencia (idea) de justicia será el patrón que iluminará todos los actos de los políticos para conseguir el bien de la sociedad y la armonía entre sus partes. Aquí, por tanto, el aspirante a gobernante se identifica con el filósofo y ambos, que en realidad son lo mismo, buscan la verdad, la justicia y el bien.
La justicia, según Platón, es:
1.- El equilibrio entre todas las partes sociales. Armonía.
2.- Las partes sociales son los tres estamentos sociales.
3.- Esos estamentos o clases sociales responden a una clasificación de las almas. (en
los hombres hay tres clases de almas: sensitiva, irascible y racional).
4.- Hay, por tanto, tres clases sociales: pueblo, guerreros y gobernantes.
5.- La justicia (armonía) tanto en el hombre como en la sociedad es que cada componente se ocupe de sus menesteres.
6.- La misión de la clase del alma sensitiva (productores) es trabajar.
7.- La misión de la clase del alma irascible (guardianes) es vigilar, proteger y defender. 8.- La misión de la clase del alma racional (gobernantes) es dirigir la sociedad bajo la
idea de bien y justicia.
En lo expuesto se observa la idea de justicia en Platón (idea sometida a los mismos condicionantes ideológicos que tienen todas las ideas en todas las sociedades) refleja los valores de su ideología.
Por lo tanto, Platón, absolutamente interesado por la política y la justicia, se ocupa de planificar:
1.- La organización y la vida de la clase gobernante.
2.- Las enseñanzas que los futuros gobernantes habrán de seguir (lib. VII de la República).
Al objeto de:
1.- Gobernar bajo las ideas de bien y justicia, descubiertas como esencias y por medio
de la dialéctica.
2.- No codiciar nada y no tener nada en propiedad sino todo en común.
La aspiración de Platón es que el papel del gobernante se identifique con el del filósofo; filósofo (como su nombre indica: amante del saber) es aquel que ha descubierto la verdad (el saber verdadero) y sólo ése podrá ser gobernante porque sólo el filósofo es quien descubre el bien y la justicia en su forma esencial y se somete a ellas para dirigir su vida y la de la comunidad.

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