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LA TEORIA DE LAS FORMAS SEGÚN PLATÓN

LA TEORIA DE LAS FORMAS SEGÚN PLATÓN Una idea central de la filosofía de Platón es que el mundo ordinario que conocemos a través de nuestros cinco sentidos no puede ser totalmente real. Tenía la sensación de que es un mundo inestable e imperfecto, sujeto a cambio y decadencia. El conocimiento, en cambio, por poseer la certeza y no estar sujeto a error, debe ser conocimiento de algo estable y perfecto, pensaba Platón. Por lo tanto, a menos que creamos que el conocimiento es totalmente inalcanzable, debe haber un mundo de objetos estables y perfectos detrás de los objetos huidizos de los sentidos. Y la tarea final del filósofo es explorar este mundo. Muchos aspectos del pensamiento de Platón se vinculan con esta investigación.
El primer aspecto deriva de Sócrates y de su interés por las definiciones. En sus primeros diálogos, Platón probablemente siguió a Sócrates muy de cerca: estos diálogos se refieren principalmente a cuestiones éticas tales como "¿Qué es el coraje?". Pero el método utilizado, al estar centrado en la búsqueda de definiciones, condujo a Platón a otros campos. Nunca se pone en duda, en esos diálogos, que haya realmente algo -justicia, valor o virtud- que estamos tratando de definir y que sólo nuestra incapacidad nos impide alcanzar nuestro objetivo. No se necesitaba mucho para que Platón se interesara por el problema del conocimiento y sus objetos por sí mismo. La línea de pensamiento de Sócrates podía ser extendida fácilmente más allá de la esfera de la ética, Podemos, buscar una definición de cualquier cosa que mencionemos. Siempre que una palabra se aplica a una serie de cosas o situaciones diferentes, como cuando decimos que Penélope y Helena son ambas mujeres, o que este lápiz es igual a aquél y este bastón igual a este otro, podemos suponer que estas cosas o situaciones tienen algo en común y que es esto lo que queremos definir cuando definimos "mujer" o "igual".
Pero la extensión de la búsqueda de. definiciones no era el límite del pensamiento de Platón. No sólo quería abordar cuestiones del tipo "¿qué es X?", a las que se puede responder con una definición de X, sino también interrogantes de la forma "¿por qué es este X lo que es?", cuando "este X" se refiere a un objeto o acción particular, por ejemplo, "¿por qué es bella esta bella estatua?" Quizás este tipo de pregunta parezca extraño, pero está de acuerdo con la tendencia general de la filosofía griega. La pregunta "¿por qué lo que es lo que es?" estaba en la mente de la mayoría de los primeros filósofos, los físicos, y Platón planteaba el mismo tipo de pregunta; pero él buscaba un nuevo tipo de respuesta, cosa de la que era plenamente consciente.
Así, a la pregunta "¿por qué este X es X?", Platón respondía "este X es X porque participa de Xcidad"; por ejemplo, "esta flor blanca es blanca porque participa de la blancura" o "esta acción justa es justa porque participa de la justicia". De este modo, trataba las palabras como "justicia" y "blancura" como nombres de objetos, pero objetos de un orden diferente del de aquellos a los que se refieren expresiones como "esta flor blanca" o "esta acción justa".
Platón, pues, llega a la conclusión de que existen objetos como la justicia y la blancura. Pero si esto es así, podemos continuar haciendo preguntas y tratando de responderlas, no solamente acerca de la justicia y la blancura, sino también acerca de la clase de objetos a la cual pertenecen. Esta tesis de Platón es conocida, generalmente, como su "teoría de las formas o ideas". Esta "teoría" no se encuentra expuesta de manera completa en ningún pasaje de los diálogos, y en muchos aspectos los diálogos o no dan ninguna información o son incompatibles. Pero es posible reconstruir la teoría en sus aspectos esenciales, sin mucha dificultad. Las formas son universales, pero no solamente universales; son objetos inmutables que existen separadamente de este mundo y más reales que él, son cognoscibles por la mente y no por los sentidos, y fuente de la existencia de las cosas particulares de este mundo. Tal es la teoría en rasgos generales.
Destacamos lo que acontece en el diálogo el Menón, en el que Sócrates interroga a un joven esclavo ignorante acerca de un problema geométrico, trazando un diagrama para que el esclavo lo comprenda. Mediante la formulación de preguntas adecuadas, conduce al muchacho a la respuesta correcta sin sugerírsela en modo alguno. Así, demuestra que el joven posee un conocimiento de la geometría del cual no tenía conciencia. Nunca se le había enseñado geometría; por lo tanto, sugiere Platón, debe de haber adquirido ese conocimiento antes de nacer. Sócrates saca la conclusión de que los hombres (el alma) existen antes de nacer y que, en ese período, poseen un pleno conocimiento que pierden cuando nacen y que luego sólo pueden recordar dificultosamente. Este conocimiento es el de las formas, y su posesión explica nuestra capacidad, en circunstancias favorables, para resolver problemas matemáticos sin que se nos haya enseñado a hacerlo, como también nuestra capacidad para comprender expresiones como "línea perfectamente recta" y "belleza perfecta", aunque nunca hayamos encontrado ejemplos de ellas en este mundo. Pero al ver ejemplos imperfectos, recordamos los originales perfectos.
Lo anterior es un esbozo de cómo llegó Platón a la teoría de las formas. Una vez que la adoptó, Platón dedicó su vida a elaborar sus consecuencias en todos los campos: político, moral, religioso, educacional, artístico y científico. Sostenía que debemos considerar el mundo que conocemos a través de nuestros sentidos como un mundo de cambio e imperfección, que refleja oscuramente las formas eternas, perfectas e inmutables, únicos objetos verdaderos del conocimiento. El hombre es un compuesto de alma y cuerpo: su cuerpo pertenece a este mundo, pero su alma tiene afinidad con las formas y es probable que también sea eterna, que haya existido antes del nacimiento y que exista después de la muerte.

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