DIÁLOGO RELACIONADO CON EL PENSAMIENTO DE PLATÓN
- ¿Cuáles son en su opinión las ideas principales de Platón?
- Creo que hay que señalar dos sobre todo: una es la Teoría de las Ideas, la otra es la idea de que aprender es recordar, de que aprender algo es recuperar reservas de conocimiento que tuvimos en nuestra mente antes de nacer.
- Refirámonos a la segunda de ellas en primer lugar. A muchas personas les resultará extraña la creencia de que nazcamos sabiendo cosas. Pero en la cultura occidental son constantes las ideas relacionadas con ella. Los filósofos idealistas modernos han argumentado que ha de haber un conocimiento innato, o ideas innatas. En mi opinión, casi todas las grandes religiones creen algo parecido. ¿Cuál era la versión de Platón?
- La versión de Platón es que el conocimiento forma parte de la naturaleza esencial del alma. Es el conocimiento lo que el alma poseía antes de nacer. (Este es el periodo en el que empieza a creer que el alma existe antes del nacimiento, y su encarnación en nuestro mundo no es más que una dentro de una serie de reencarnaciones). Pero creo que para comprender la teoría del conocimiento es necesario volver a las primeras discusiones socráticas acerca de las definiciones de los conceptos morales.
Tomemos por ejemplo Laques, en donde se plantea la pregunta ¿Qué es el valor?. Laques, el general a quien Sócrates ha pedido una definición del valor, sugiere que el valor es un tipo de resistencia. Sócrates le plantea algunas preguntas más, como hace siempre cuando le dan una definición. Pregunta «¿es indiscutiblemente una cualidad buena y admirable?». «Sí», responde Laques. A continuación Sócrates le va dando ejemplos de resistencia en los que Laques admite que la resistencia no es admirable en absoluto, como la temeridad...
- La testarudez, por ejemplo...
- Sí, la testarudez. O puede ser indiferente desde el punto de vista de la moralidad, como cuando un inversor gasta dinero, soportando las pérdidas porque sabe que al final obtendrá un beneficio. De modo que si la resistencia puede ser mala o indiferente moralmente, pero el valor siempre es bueno, entonces no es cierto que el valor sea igual a ésta; ni siquiera a la resistencia conducida por el conocimiento. Este es un modelo típico de discusión socrática.
Lógicamente, lo que ha ocurrido es que se le ha demostrado a Laques que sus creencias no son coherentes. Si reunimos todas sus respuestas, veremos que se contradicen entre sí. Esto significa que no todas pueden ser ciertas, pero no se indica cuáles son ciertas y cuáles no. Sin embargo, Sócrates, como siempre, presenta la situación de modo que la definición propuesta por su interlocutor -en este caso, la idea de que el valor sea un tipo de resistencia- se rebate y se demuestra que es falsa. Así pues, en la práctica interpreta las respuestas secundarias de Laques o bien como ciertas o bien como más cercanas a la verdad que la definición. Se convierten en la base para rebatir la definición diciendo «Esa es la respuesta que se debe descartar como falsa».
- Ha dicho algo que es de suma importancia para cualquier pensamiento serio. Todos tendemos a dar por sentado que mediante la discusión se puede alcanzar la verdad, sin embargo no hay nada especial en ella que indique que tenga que ser así necesariamente. La discusión más importante nos puede demostrar que nuestras conclusiones están o no conformes con nuestras premisas. Sin embargo, incluso si lo están, ello no implica que sean efectivamente ciertas.
- Supongo que estamos muy apegados a la idea de que mediante la discusión podemos alcanzar la verdad, a pesar de que si reflexionamos sobre ella, es bastante difícil de justificar. Sócrates no trata de justificarla. Se limita a hacer preguntas, reunir las respuestas para descubrir la contradicción y asegura haber rebatido la definición. Pero si uno se propone dar una teoría de lo que está haciendo, tendría que inventar algo como la idea que acabamos de señalar, que todos tenemos dentro de nosotros los medios para hacer que lo cierto venza a lo falso. Y eso es exactamente lo que hace Platón en Menón. Presenta, por decirlo de alguna manera, una teoría de la discusión socrática o filosófica según la cual todos tenemos en nuestras mentes el conocimiento de las respuestas a las preguntas «¿Qué es el valor?», «¿Qué es la justicia?» y las demás. Ese conocimiento, que está en nuestro interior, aunque no podamos acceder a él fácilmente, es lo que nos permite eliminar las respuestas falsas y demostrar que son incorrectas. Ese conocimiento es lo que va surgiendo en el transcurso de la discusión, en donde, como hemos visto, se utiliza una de las cosas que dice Laques para demostrar que otra de las cosas que dice Laques debe ser falsa.
- Por anteriores conversaciones con usted sé que, en su opinión, la teoría que acaba de exponer prepara el terreno para la otra de las dos teorías más importantes de Platón dentro del periodo medio, la Teoría de las Ideas. Esta es con mucho la más importante de las teorías de Platón; de hecho es lo que se ha llegado a entender por «platonismo». ¿Puede explicarla?
- Estas discusiones socráticas de las que hemos estado hablando se centran en la búsqueda de una definición: ¿Cuál es la definición del valor, o de la belleza, o de la justicia? Si está dentro de nosotros el conocimiento de las respuestas a estas preguntas, y poseemos ese conocimiento independientemente de nuestra experiencia del mundo en el que vivimos, el mundo en el que utilizamos nuestros sentidos y vamos de un sitio a otro; si nuestro conocimiento es anterior a todo ello e independiente de todo ello, entonces lo que conocemos -la justicia, la belleza, el valor- debe de ser independiente del mundo empírico en el que vivimos y anterior a él. Esta última tesis es la afirmación fundamental de la Teoría de las Ideas: la justicia, la belleza y otros conceptos semejantes existen anterior e independientemente de todas las acciones y personas justas, todos los objetos y personas bellas que podamos encontrar en el mundo sensible. La belleza y la justicia existen por sí mismas separadamente. Esta es la Teoría de las Ideas.
- La teoría de que hay otro mundo aparte de éste, un mundo ideal en el que existe todo lo que da valor y significado a nuestro mundo actual, ha tenido una gran influencia en toda nuestra cultura, ¿no es así?
- En el cristianismo, por citar el ejemplo más importante: la influencia del platonismo en el cristianismo ha sido enorme.
- Eso es cierto, sí. Pero creo que habría que andarse con cuidado a la hora de emplear frases como «el mundo de las Ideas» u «otro mundo». Platón las utiliza, pero el contraste al que se refiere no es, como podría imaginarse, un contraste entre un conjunto de cosas particulares y otro conjunto totalmente igual a él sólo que más perfecto, más abstracto y localizado en otro lugar, en algún cielo del más allá. El contraste al que se refiere es el contraste entre lo particular y lo general. Las preguntas, «Qué es la justicia?», «¿Qué es la belleza?», etc., son preguntas generales, preguntas acerca de la justicia y la belleza en general. No son preguntas acerca de lo que está aquí ahora... Es el contraste que debemos comprender.
Hay un párrafo en el Fedón en el que Sócrates sostiene que hacer filosofía es practicar para la muerte. En realidad es practicar el hecho de estar muerto [Risas]. ¿Por qué? Porque estar muerto supone que el alma se separa del cuerpo, precisamente porque no se piensa en el lugar ni el momento en el que el cuerpo está aquí y ahora. Porque si se pregunta «¿Qué es la justicia?», refiriéndose a la justicia en cualquier parte, en cualquier momento, la justicia en sí misma, no se está preguntando «¿Quién me ha hecho algún mal ayer u hoy?» Si se pregunta «¿Qué es la belleza?», no se está preguntando «¿Quién es la persona más hermosa de esta habitación?». Y si no se está pensando en el aquí ni en el ahora, entonces, en el sentido que le interesa a Platón, no se está ni aquí ni ahora. Se está donde está la mente, no porque se esté en un lugar concreto mejor, sino porque de ninguna manera estamos en ese sentido en el espacio. Estamos inmersos en generalidades. De modo que se puede emplear la expresión «mundo de las Ideas», siempre que se comprenda que su significado es el reino de las generalidades invariables.
- Las obras del periodo medio a las que nos estamos refiriendo ahora, Menón, Fedón, La República, El Banquete y Fedro, las escribió Platón en plena madurez, así que creo que es un buen momento para hacer una pausa y considerar su valor literario y otras cualidades estéticas. ¿Por qué se consideran obras maestras del arte literario?
- Son muy dinámicas y Platón posee una gran maestría y dominio del lenguaje, desde sus descripciones fluidas e imaginativas hasta el análisis austero, así como sus chistes y salidas ingeniosas. Señalemos además que tiene una gran capacidad para hacer que los pensamientos más complejos resulten claros como el agua. Y podría seguir añadiendo cualidades. En definitiva, sólo se puede decir que es un genio del arte así como de la filosofía.
- ¿Comparte usted la opinión general de que su obra maestra es La República?
- Sí.
- Creo que La República más que en ninguna otra obra donde Platón demuestra su creencia de que toda pregunta se relaciona con todas las demás; la investigación no debe detenerse jamás, porque cada «conclusión» conduce al siguiente problema. De este modo comienza con una pregunta directa, «¿Qué es la justicia», una pregunta típicamente socrática. Eso le conduce a la pregunta «¿Beneficia la justicia a su poseedor? El tema fundamental de La República es demostrar que, en efecto, la justicia es un beneficio para su poseedor; es lo que más necesitamos para ser felices, mientras que el hombre injusto es la más miserable de todas las criaturas.
Pero para demostrar todo esto se da cuenta de que tiene que exponer una teoría sobre la naturaleza humana. Divide el alma en tres partes: aquí es donde se aparta de la tesis de Sócrates de que la virtud es conocimiento. La virtud pasa a abarcar más que el conocimiento, a pesar de que el conocimiento sigue siendo su factor principal. Y la idea de que el conocimiento sea algo que pueda y deba controlar los factores no racionales del alma, también hace posible la idea de una sociedad ideal en la que gobierne el conocimiento. De este modo obtenemos una teoría política que describe un modo de vida mejor dentro de la sociedad. Al mismo tiempo, el énfasis que se pone en la idea de que sea el conocimiento el que gobierne, plantea la pregunta: «¿Qué conocimiento debe gobernar?; ¿qué es el conocimiento en cualquier caso, y por qué es mejor que la opinión?» De modo que se nos da una teoría del conocimiento, y la teoría del conocimiento a su vez se amplía hasta convertirse en una investigación sobre las ciencias. Hay una profunda discusión sobre la naturaleza del saber matemático. Se expone toda una visión de lo que supondría tener una total comprensión del mundo en el que vivimos con el fin de ratificar la afirmación de que esta comprensión debe correr de nuestra cuenta, tanto individualmente como en la sociedad; esta comprensión traerá los beneficios de la justicia, tanto para el alma individual como para la sociedad en conjunto.
Tras esta gran ampliación de la pregunta «¿Qué es la justicia?», la única conclusión natural es la visión de la vida después de la muerte y el mito de Er al final del libro. Puede decirse que La República hace posible la convicción de que la investigación no termina hasta la muerte.
- La República es un libro tan rico que no nos es posible seguir todas las ramificaciones que desarrolla, pero es indiscutiblemente uno de los libros más importantes de la historia de nuestra cultura, y espero que nuestra discusión anime a muchas personas a leer esta obra.
- Creo que hay que señalar dos sobre todo: una es la Teoría de las Ideas, la otra es la idea de que aprender es recordar, de que aprender algo es recuperar reservas de conocimiento que tuvimos en nuestra mente antes de nacer.
- Refirámonos a la segunda de ellas en primer lugar. A muchas personas les resultará extraña la creencia de que nazcamos sabiendo cosas. Pero en la cultura occidental son constantes las ideas relacionadas con ella. Los filósofos idealistas modernos han argumentado que ha de haber un conocimiento innato, o ideas innatas. En mi opinión, casi todas las grandes religiones creen algo parecido. ¿Cuál era la versión de Platón?
- La versión de Platón es que el conocimiento forma parte de la naturaleza esencial del alma. Es el conocimiento lo que el alma poseía antes de nacer. (Este es el periodo en el que empieza a creer que el alma existe antes del nacimiento, y su encarnación en nuestro mundo no es más que una dentro de una serie de reencarnaciones). Pero creo que para comprender la teoría del conocimiento es necesario volver a las primeras discusiones socráticas acerca de las definiciones de los conceptos morales.
Tomemos por ejemplo Laques, en donde se plantea la pregunta ¿Qué es el valor?. Laques, el general a quien Sócrates ha pedido una definición del valor, sugiere que el valor es un tipo de resistencia. Sócrates le plantea algunas preguntas más, como hace siempre cuando le dan una definición. Pregunta «¿es indiscutiblemente una cualidad buena y admirable?». «Sí», responde Laques. A continuación Sócrates le va dando ejemplos de resistencia en los que Laques admite que la resistencia no es admirable en absoluto, como la temeridad...
- La testarudez, por ejemplo...
- Sí, la testarudez. O puede ser indiferente desde el punto de vista de la moralidad, como cuando un inversor gasta dinero, soportando las pérdidas porque sabe que al final obtendrá un beneficio. De modo que si la resistencia puede ser mala o indiferente moralmente, pero el valor siempre es bueno, entonces no es cierto que el valor sea igual a ésta; ni siquiera a la resistencia conducida por el conocimiento. Este es un modelo típico de discusión socrática.
Lógicamente, lo que ha ocurrido es que se le ha demostrado a Laques que sus creencias no son coherentes. Si reunimos todas sus respuestas, veremos que se contradicen entre sí. Esto significa que no todas pueden ser ciertas, pero no se indica cuáles son ciertas y cuáles no. Sin embargo, Sócrates, como siempre, presenta la situación de modo que la definición propuesta por su interlocutor -en este caso, la idea de que el valor sea un tipo de resistencia- se rebate y se demuestra que es falsa. Así pues, en la práctica interpreta las respuestas secundarias de Laques o bien como ciertas o bien como más cercanas a la verdad que la definición. Se convierten en la base para rebatir la definición diciendo «Esa es la respuesta que se debe descartar como falsa».
- Ha dicho algo que es de suma importancia para cualquier pensamiento serio. Todos tendemos a dar por sentado que mediante la discusión se puede alcanzar la verdad, sin embargo no hay nada especial en ella que indique que tenga que ser así necesariamente. La discusión más importante nos puede demostrar que nuestras conclusiones están o no conformes con nuestras premisas. Sin embargo, incluso si lo están, ello no implica que sean efectivamente ciertas.
- Supongo que estamos muy apegados a la idea de que mediante la discusión podemos alcanzar la verdad, a pesar de que si reflexionamos sobre ella, es bastante difícil de justificar. Sócrates no trata de justificarla. Se limita a hacer preguntas, reunir las respuestas para descubrir la contradicción y asegura haber rebatido la definición. Pero si uno se propone dar una teoría de lo que está haciendo, tendría que inventar algo como la idea que acabamos de señalar, que todos tenemos dentro de nosotros los medios para hacer que lo cierto venza a lo falso. Y eso es exactamente lo que hace Platón en Menón. Presenta, por decirlo de alguna manera, una teoría de la discusión socrática o filosófica según la cual todos tenemos en nuestras mentes el conocimiento de las respuestas a las preguntas «¿Qué es el valor?», «¿Qué es la justicia?» y las demás. Ese conocimiento, que está en nuestro interior, aunque no podamos acceder a él fácilmente, es lo que nos permite eliminar las respuestas falsas y demostrar que son incorrectas. Ese conocimiento es lo que va surgiendo en el transcurso de la discusión, en donde, como hemos visto, se utiliza una de las cosas que dice Laques para demostrar que otra de las cosas que dice Laques debe ser falsa.
- Por anteriores conversaciones con usted sé que, en su opinión, la teoría que acaba de exponer prepara el terreno para la otra de las dos teorías más importantes de Platón dentro del periodo medio, la Teoría de las Ideas. Esta es con mucho la más importante de las teorías de Platón; de hecho es lo que se ha llegado a entender por «platonismo». ¿Puede explicarla?
- Estas discusiones socráticas de las que hemos estado hablando se centran en la búsqueda de una definición: ¿Cuál es la definición del valor, o de la belleza, o de la justicia? Si está dentro de nosotros el conocimiento de las respuestas a estas preguntas, y poseemos ese conocimiento independientemente de nuestra experiencia del mundo en el que vivimos, el mundo en el que utilizamos nuestros sentidos y vamos de un sitio a otro; si nuestro conocimiento es anterior a todo ello e independiente de todo ello, entonces lo que conocemos -la justicia, la belleza, el valor- debe de ser independiente del mundo empírico en el que vivimos y anterior a él. Esta última tesis es la afirmación fundamental de la Teoría de las Ideas: la justicia, la belleza y otros conceptos semejantes existen anterior e independientemente de todas las acciones y personas justas, todos los objetos y personas bellas que podamos encontrar en el mundo sensible. La belleza y la justicia existen por sí mismas separadamente. Esta es la Teoría de las Ideas.
- La teoría de que hay otro mundo aparte de éste, un mundo ideal en el que existe todo lo que da valor y significado a nuestro mundo actual, ha tenido una gran influencia en toda nuestra cultura, ¿no es así?
- En el cristianismo, por citar el ejemplo más importante: la influencia del platonismo en el cristianismo ha sido enorme.
- Eso es cierto, sí. Pero creo que habría que andarse con cuidado a la hora de emplear frases como «el mundo de las Ideas» u «otro mundo». Platón las utiliza, pero el contraste al que se refiere no es, como podría imaginarse, un contraste entre un conjunto de cosas particulares y otro conjunto totalmente igual a él sólo que más perfecto, más abstracto y localizado en otro lugar, en algún cielo del más allá. El contraste al que se refiere es el contraste entre lo particular y lo general. Las preguntas, «Qué es la justicia?», «¿Qué es la belleza?», etc., son preguntas generales, preguntas acerca de la justicia y la belleza en general. No son preguntas acerca de lo que está aquí ahora... Es el contraste que debemos comprender.
Hay un párrafo en el Fedón en el que Sócrates sostiene que hacer filosofía es practicar para la muerte. En realidad es practicar el hecho de estar muerto [Risas]. ¿Por qué? Porque estar muerto supone que el alma se separa del cuerpo, precisamente porque no se piensa en el lugar ni el momento en el que el cuerpo está aquí y ahora. Porque si se pregunta «¿Qué es la justicia?», refiriéndose a la justicia en cualquier parte, en cualquier momento, la justicia en sí misma, no se está preguntando «¿Quién me ha hecho algún mal ayer u hoy?» Si se pregunta «¿Qué es la belleza?», no se está preguntando «¿Quién es la persona más hermosa de esta habitación?». Y si no se está pensando en el aquí ni en el ahora, entonces, en el sentido que le interesa a Platón, no se está ni aquí ni ahora. Se está donde está la mente, no porque se esté en un lugar concreto mejor, sino porque de ninguna manera estamos en ese sentido en el espacio. Estamos inmersos en generalidades. De modo que se puede emplear la expresión «mundo de las Ideas», siempre que se comprenda que su significado es el reino de las generalidades invariables.
- Las obras del periodo medio a las que nos estamos refiriendo ahora, Menón, Fedón, La República, El Banquete y Fedro, las escribió Platón en plena madurez, así que creo que es un buen momento para hacer una pausa y considerar su valor literario y otras cualidades estéticas. ¿Por qué se consideran obras maestras del arte literario?
- Son muy dinámicas y Platón posee una gran maestría y dominio del lenguaje, desde sus descripciones fluidas e imaginativas hasta el análisis austero, así como sus chistes y salidas ingeniosas. Señalemos además que tiene una gran capacidad para hacer que los pensamientos más complejos resulten claros como el agua. Y podría seguir añadiendo cualidades. En definitiva, sólo se puede decir que es un genio del arte así como de la filosofía.
- ¿Comparte usted la opinión general de que su obra maestra es La República?
- Sí.
- Creo que La República más que en ninguna otra obra donde Platón demuestra su creencia de que toda pregunta se relaciona con todas las demás; la investigación no debe detenerse jamás, porque cada «conclusión» conduce al siguiente problema. De este modo comienza con una pregunta directa, «¿Qué es la justicia», una pregunta típicamente socrática. Eso le conduce a la pregunta «¿Beneficia la justicia a su poseedor? El tema fundamental de La República es demostrar que, en efecto, la justicia es un beneficio para su poseedor; es lo que más necesitamos para ser felices, mientras que el hombre injusto es la más miserable de todas las criaturas.
Pero para demostrar todo esto se da cuenta de que tiene que exponer una teoría sobre la naturaleza humana. Divide el alma en tres partes: aquí es donde se aparta de la tesis de Sócrates de que la virtud es conocimiento. La virtud pasa a abarcar más que el conocimiento, a pesar de que el conocimiento sigue siendo su factor principal. Y la idea de que el conocimiento sea algo que pueda y deba controlar los factores no racionales del alma, también hace posible la idea de una sociedad ideal en la que gobierne el conocimiento. De este modo obtenemos una teoría política que describe un modo de vida mejor dentro de la sociedad. Al mismo tiempo, el énfasis que se pone en la idea de que sea el conocimiento el que gobierne, plantea la pregunta: «¿Qué conocimiento debe gobernar?; ¿qué es el conocimiento en cualquier caso, y por qué es mejor que la opinión?» De modo que se nos da una teoría del conocimiento, y la teoría del conocimiento a su vez se amplía hasta convertirse en una investigación sobre las ciencias. Hay una profunda discusión sobre la naturaleza del saber matemático. Se expone toda una visión de lo que supondría tener una total comprensión del mundo en el que vivimos con el fin de ratificar la afirmación de que esta comprensión debe correr de nuestra cuenta, tanto individualmente como en la sociedad; esta comprensión traerá los beneficios de la justicia, tanto para el alma individual como para la sociedad en conjunto.
Tras esta gran ampliación de la pregunta «¿Qué es la justicia?», la única conclusión natural es la visión de la vida después de la muerte y el mito de Er al final del libro. Puede decirse que La República hace posible la convicción de que la investigación no termina hasta la muerte.
- La República es un libro tan rico que no nos es posible seguir todas las ramificaciones que desarrolla, pero es indiscutiblemente uno de los libros más importantes de la historia de nuestra cultura, y espero que nuestra discusión anime a muchas personas a leer esta obra.
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