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UN LUGAR PARA APRENDER FILOSOFÍA

LA CHOLITA

Allá viene la cholita. ¿Para dónde irá? Con su carita morada y su faldita quemá. Allá viene la cholita. ¿De dónde vendrá? Cargando sobre su espalda, su realidad.

Dime, cholita hermosa, tú que no tienes ni tiempo ni edad, que desafías el camino, la lluvia y el frío con tu claridad. ¿A qué hora madrugaste que estás tan temprano aquí en la ciudad?

Me levanté muy temprano a prender la candela, soplar los tizones, calentar el agua, amasar las arepas y colar café. Le di el desayuno al niño que va pa´ la escuela, barrí la cocina, ordeñé la vaca, tenté las gallinas y entonces por fin, me fui al rincón de la cama y envolví en la manta que era de mi abuela los lindos tejidos que terminé ayer. Me vine para el mercado, confiando en lo poco que pueda vender para llevarle a mis hijos confite de nube y lluvia con miel. Mi marido en cambio se fue a trabajar.

Allá viene la cholita. ¿Para dónde irá? Con su carita morada y su faldita quemá. Allá viene la cholita. ¿De dónde vendrá? Cargando sobre su espalda su realidad.

Dime, cholita hermosa, tú que no tienes ni tiempo ni edad. ¿Qué llevas sobre la espalda que desde hace rato oigo como llorar? ¿Y ese olor a humo de leña y a hierba del campo para quién será?

Son para el niño dormido que llevo conmigo, envuelto en la manta, colgado a mi espalda desde que amanece hasta el anochecer, que pesa como el silencio, pero me acompaña, me siembra ilusiones y hasta me consuela de haber ignorado el amor y el placer. Llevo también a mi espalda sonrisa, rocío y un poco de luz de algún amanecer con que remiendo mis fuerzas y canto el orgullo de que soy mujer. Es mi propia historia, la de otras también…

/Gustavo Adolfo Renjifo/

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