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EL DILEMA MORAL

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El dilema moral

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La moral no siempre se presenta nítidamente como en un conflicto se actuaría bien o mal. Existen los llamados dilemas morales, que son situaciones conflictivas, por­que sea cual sea la acción que se escoja, presentará sus aspectos positivos y negativos. (Debido a esta ambiva­lencia, resulta difícil decantarse por una opción u otra y a menudo no tienen fácil solución).

 

Para afrontar un conflicto moral, es conveniente seguir los siguientes pasos:

 

a) Describir la situación con tus propias palabras, para asegurarte de que has comprendido bien el problema.

 

b) Analizar los elementos que condicionan y participan en la acción. Para ello es necesario:

- Reflexionar sobre los principios que guían la acción en cada caso; por ejemplo, «decir siempre la verdad» o «no traicionar a un amigo».

- Fijarse en las consecuencias que provoca cada una de las alternativas.

Este apartado se puede realizar mediante debates en grupos.

 

c) Reflexionad sobre cuál es la responsabilidad de los diferentes actores que intervienen en los hechos.

 

d) Exponed de forma razonada cuál es la mejor alterna­tiva de acción.

 

Ejemplo

Leer la situación que se plantea y observar el análisis del dilema moral.

 

a) Descripción. Quieres entrar en un local con un grupo de amigos, pero observas que a una persona extranjera no le permi­ten acceder al local. Todos tus amigos ya están dentro y ahora te toca entrar a ti.

 

b) Análisis de los elementos que condi­cionan la acción. Existen dos opcio­nes:

- Puedo desentenderme del pro­blema porque no me ha ocurrido a mí. En ese caso, entraré y pasaré un rato agradable con mis amigos.

- Puedo implicarme en el tema por pen­sar que es una situación intolerable o por pensar que la situación sí me afecta. En este sentido, lee la siguiente reflexión de Martin Niemoeller:

 

«Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada, porque yo no era comunista.

Luego vinieron a por los judíos y no dije nada, porque yo no era judío.

Luego vinieron a por los sindicalistas y no dije nada, por­que yo no era sindicalista.

Luego vinieron a por los católicos y no dije nada, porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí, pero para entonces ya no quedaba nadie a quien decir nada».

MARTIN NIEMOELLER

 

c) Reflexión sobre responsabilidades. Frente a una injus­ticia, una persona no puede quedarse cruzada de brazos. No hay que olvidar que uno puede ser el siguiente en sufrirla y siempre preferiremos que llegado el caso alguien nos apoye.

 

d) Exposición. A pesar de desentendernos de la incó­moda situación nos permitiría pasar un rato agradable y nos evitaría problemas, hay que pedir explicaciones al responsable del local porque esta situación es intolera­ble y no es el tipo de sociedad en el que uno desea vivir. En caso de que el responsable no dé una respuesta ade­cuada, el paso siguiente es denunciar la situación a la policía.

 

Analiza los siguientes dilemas morales:

- Un alumno ha roto uno de los instrumentos cien­tíficos que se iban a utilizar en la clase de ciencias debido a que estaba jugando con él; el profesor no sabe quién ha sido y decide que si el alumno no con­fiesa o algún compañero lo delata, va a castigar a toda la clase. Un alumno puede encontrarse con el dilema de saber quién ha sido, pero dudar en confe­sarlo porque es amigo suyo, y por otro lado, conside­rar que es injusto que pague toda la clase por algo que ha cometido un solo individuo. ¿Cuál es la conducta más justa?

 

- Eres abogado y tienes que defender a un acusado de homicidio que sabes que es culpable. ¿Cumplirás tu función como abogado defensor para tratar de convencer de su inocencia, o bien busca­rás que se condene justamente a tu defen­dido?

 

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