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La vieja aspiración de acumular

La vieja aspiración de acumular

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Hoy, una gran fiesta –exclusiva, disparatada, desafiante– sigue siendo el campo de competición en el que las más poderosas élites del mundo se encuentran, se miden, se alían para dominar negocios mundiales.
Siempre que en Manhattan, en Aspen, en Londres, en Hong-Kong o en un yate espectacular en el Adriático, alguien poderoso da una gran fiesta está desplegando todas sus armas de seducción, alianza e intimidación frente a sus colegas de medio mundo.

“¿Para qué te invita a sus fiestas un anfitrión?
Está claro que no es para que lo pases bien; si ese fuera el único propósito, te mandaría champán y mujeres a tu casa en un taxi”. P. J .O'Rourke.
Posiblemente, la fiesta fue el comienzo de todo. Brian Hayden, arqueólogo de la universidad Simon Fraser, tiene la teoría más creíble: la agricultura no inventó a los ricos. Por el contrario, “los ricos inventaron la agricultura”. Lo que les motivó fueron las ganas de encontrar ese algo diferente que pudiera hacer de una fiesta algo verdaderamente memorable.

1» No pudo haber ricos mientras los homínidos iban de un lado para otro, en busca de alimentos casuales.

2» Durante el oscuro pasado en el que fuimos cazadores-recolectores, vagábamos por los campos y, posiblemente, éramos una sociedad igualitaria basada en compartir los recursos.

3» Aún en aquellas tribus había individuos con un “extremo interés personal” que con el tiempo anhelaban algo mejor que el resto de la tribu. Sin embargo, no se daban las circunstancias para acumular algo valioso; ni tenían donde hacerlo.

4» Las cosas empezaron a cambiar con la aparición de los cazadores-recolectores “intensivos”, aquellos que aprendieron a utilizar semillas y a realizar cestas, arpones y trampas. Esos cazadores-recolectores evolucionados podían vivir mucho más tiempo en un mismo sitio y mantener una población más numerosa, lo cual implicaba una jerarquía social más compleja. Empezaron a “almacenar alimentos”, al principio en común. Ese fue un momento revolucionario en nuestra historia: los primates acumulaban alguna riqueza incipiente. Ya no lo dejarían de hacer nunca, con codicia insaciable.

5» Todo empezó cuando un macho dominante de nuestra especie comprendió que dejar compartir presas o recolecciones a sus iguales le proporcionaba un cierto estatus, de entrada con las hembras y también con los machos secundarios.

6» Brian Hayden cree que se produjo una “selección de grupo”: los miembros sabios y abnegados de una tribu colaboraron para “inventar la agricultura” con la consecuencia evolutiva de que sus tribus empezaron a sobrevivir con más facilidad. Richard Dawkins es más expeditivo. Para él la pregunta que se hace la evolución es: ¿qué aporta a mis genes? Hasta las conductas más altruistas del mundo natural se reducen a un análisis inmediato: qué ofrece más probabilidades de perpetuarse en los genes de futuras generaciones.

7» El objetivo de los individuos con “interés extremo”
era atesorar bienes deseables y planificar como ganar con ellos las voluntades de los demás. Esto empezó a ser más rentable que el empleo de la fuerza bruta. Nacieron los festines patrocinados por los individuos más competitivos, agresivos y acumulativos. Los ricos.

8» La proliferación de festines
satisfactorios para los anfitriones más inteligentes para unos antropólogos fue la causa y para otros la consecuencia de los avances en la producción y recolección de alimentos y útiles; determinantes en nuestra evolución. Hayden señala que los primeros cultivos en muchas culturas eran estupefacientes exquisiteces y utensilios para las fiestas.

9» Posiblemente, fue más acuciante en la evolución el incentivo de alcanzar estatus que la mera hambre. En la revolución neolítica la vida humana experimentó un cambio. Proliferaron los asentamientos permanentes. Las cabañas circulares o en forma de tienda dejaron paso a las cosas rectangulares.

10» Los ricos, a juicio de Hayden,
desempeñaron el doble papel que han mantenido en la sociedad:
a Eran los proscritos, piratas, quebrantadores de las normas; explotaban a los vecinos.
b Eran los introductores de las conductas que produjeron los grandes avances de la civilización o sirvieron de patrón para ellos.

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