COMENTARIO DE TEXTO -MITO DE LA CAVERNA-
«Hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si la comparas con la ascensión del alma hasta la región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin. he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la Idea del Bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas: que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública. »
Estamos ante el fragmento de un texto de Platón que hace referencia al conocido mito de la caverna, recogido en su obra La República. La idea principal alrededor de la cual gira el fragmento es la estructura de la realidad y el problema del conocimiento.
Contexto histórico y ubicación de la obra
Platón desarrolla su pensamiento filosófico en la Grecia clásica, concretamente en Atenas. Son acon¬tecimientos que enmarcan su pensamiento las Gue¬rras del Peloponeso, el gobierno de los Treinta Tira¬nos y la Liga de Delfos entre otros. Recibió una educación esmerada en el seno de una familia aristo¬crática. Se formó en música. aritmética y poesía de la mano de maestros insignes como Sócrates y Arqui¬tas.
El fragmento que nos ocupa pertenece a la época de madurez del autor, correspondiente al periodo que va desde la fundación de la Academia hasta su se¬gundo viaje a Italia. En dicha época, además de La República, escribió otros diálogos muy importantes, como El Banquete o Fedón.
Comentario
Podemos dividir el fragmento en las siguientes partes:
Hay que comparar (...) está en lo cierto» (líneas 1-8). donde se compara la ascensión del alma con la salida de la caverna.
«En fin [ ...] privada o pública» (líneas 8-17). que trata de la Idea de Bien.
El mito de la caverna (libro VII de La República) es una alegoría que pretende representar simbólicamente la estructura de la realidad: los hombres que viven en este mundo son como prisioneros que nunca han visto la luz del Sol y que se hallan encadenados de pies y manos en el fondo de una gran caverna, de espaldas a la única abertura que comunica con el exterior. Dentro de la caverna y detrás de ellos arde una hoguera de la que les separa un muro, a lo largo del cual van pasando hombres portadores de figuras de cosas y animales. Los prisioneros solamente pueden escuchar sus voces y contemplar las sombras que se proyectan sobre el fondo de la pared que tienen ante ellos. En este estado permanecen hasta que uno de ellos se libera de sus cadenas y sale de la cueva para contemplar la luz del Sol y las cosas reales.
Este mito puede interpretarse desde una perspectiva ontológica. Platón estructura la realidad en dos partes: el mundo sensible, el interior de la caverna «vivienda-prisión» y el mundo de las Ideas. la «región revelada».
El autor comienza refiriéndose a la ascensión del alma al «mundo de arriba», es decir, a la ascensión dialéctica desde el mundo sensible al Mundo Inteligible, que debe ser llevada a cabo por el alma humana. Platón considera al hombre como un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo pertenece al mundo sensible. es material y perecedero. El alma pertenece al Mundo de las Ideas, es de naturaleza espiritual e inmortal. La unión de cuerpo y alma es accidental y transitoria. En este sentido, la teoría de Platón se puede considerar opuesta a la que luego desarrollaría Aristóteles, en la que afirmaría que el cuerpo y el alma están sustancialmente unidos, como la cara y la cruz de una misma moneda.
La aspiración del alma es, según Platón, separarse del cuerpo y ascender al Mundo de las Ideas. Este aspecto de la teoría platónica es una herencia directa de la doctrina pitagórica de la transmigración de las almas, y de su maestro Sócrates, ardiente defensor de la inmortalidad del alma.
El mundo ideal es simbolizado en el fragmento por los objetos que están en el exterior de la caverna, así como por las sombras que éstos proyectan. Las Ideas son definidas por el filósofo ateniense como entes metafísicos que encierran el verdadero valor de las cosas. Las Ideas son los modelos ejemplares de las cosas, son únicas, inalterables, eternas. sólo captables por la inteligencia, son, en una palabra, la realidad misma se puede decir que poseen las características del Ser de Parménides. Por el contrario, las cosas del mundo sensible son cambiantes y captables por los sentidos. La relación entre ambos mundos es la de la imitación o la participación, es decir. las cosas del mundo sensible imitan a las ideas, participan de su perfección, pues las Ideas son las causas ejemplares o modelos de las cosas que habitan el mundo sensible.
Pero el ascenso hacia el Mundo Inteligible tiene un segundo momento en el cual el alma debe ascender de idea en Idea hasta llegar a la cima. Tal y como se nos explica en el texto, el Mundo de las Ideas está jerárquicamente organizada y en la cúspide se encuentra la Idea de Bien: «en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo es la idea del Bien». El Bien es identificado por Platón con la verdad v la belleza. «es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas». Es la suprema realidad. gracias a la cual existen v son verdaderas las cosas del mundo sensible. Así pues. todos los seres poseerán realidad en tanto que participan de la Idea de Bien.
Cabe también comparar el texto con el símil de la línea que aparece en libro VI de La República. Si se proyectan sobre una recta, cada uno de los sectores en que se divide la caverna v su exterior se corresponderían con la representación de los distintos grados del ser. Desde el fondo de la caverna hasta el Sol, aparecería una gradación continua que iría desde la pura oscuridad del fondo de la caverna, que representa la materia, hasta la máxima luz representada por el Sol, y que simboliza la Idea de Bien. Esta línea es una representación de la gran cadena del ser. El escalonamiento de los diversos sectores de la caverna y salto» hasta el Sol muestra los grados del saber y de la realidad.
Así pues, para Platón. los grados del conocer se corresponden con los grados del ser. de forma que el puro conocimiento será el único capaz de captar la verdadera realidad (las Ideas), mientras que el no-ser es absolutamente incognoscible. Existen. pues. diversos grados de conocimiento:
Mundo Sensible ............. Mundo Inteligible
Sombras .... Cosas ............. Matemáticas ..... Ideas
........DOXA.......................................... EPISTEME
La opinión, o doxa, fundamentada en la percepción de las cosas del mundo sensible, es decir de las entidades corporales sometidas al devenir espacio-temporal. Es el grado inferior de conocimiento. A su vez, la opinión se divide en otros dos tipos:
La imaginación o conjetura (eikasía, que es el conocimiento que tenemos de las cosas cuando percibimos sus sombras o sus reflejos.
La creencia (pistis), que es el conocimiento que surge de la percepción directa de las cosas.
La ciencia, o epistéme, es el conocimiento estricto. universal y necesario, cuyo objeto son las Ideas del Mundo Inteligible, el único real, y al que se llega por medio de la inteligencia. Platón divide también este conocimiento en otros dos:
El pensamiento discursivo (dianoia).
La inteligencia pura, el auténtico conocimiento (nóesis).
Así, a los objetos de la realidad puramente material le corresponderá un conocimiento sólo aparente la opinión. Sin embargo, cuando el alma logra liberarse de las cadenas del mundo sensible y elevarse al Mundo de las Ideas surge la posibilidad del conocimiento verdadero y absoluto, es decir, de la ciencia auténtica.
Así pues, vemos que la calidad del conocimiento depende de la calidad del objeto conocido, de ahí que siendo la Idea de Bien la suprema realidad, su conocimiento sea el conocimiento supremo, la suprema sabiduría. Asimismo, puesto que las cosas son en tanto que participan de la Idea de Bien, también serán conocidas en función del grado de participación, de manera que puede decirse que la Idea de Bien es también la causa del conocimiento cierto de todas las cosas.
Por otra parte, sólo quien llega al conocimiento de la Idea de Bien puede ser sabio y sólo el sabio puede obrar con sabiduría, es decir, sólo el sabio puede obrar bien. De aquí se deduce que el ignorante que no sabe qué es el Bien nunca podrá obrar con sabiduría. por lo que los más adecuados para gobernar la polis son, sin duda, los filósofos, pues son los únicos que, siendo capaces de elevarse hasta el conocimiento de la Idea de Bien, podrán ser guiados por éste para ser gobernantes buenos y justos.
En su concepción de la realidad Platón es heredero de otros autores. El cambiante mundo sensible es concebido de acuerdo con la idea de Heráclito de que toda la realidad está sometida a un incesante cambio. Parménides le inspira cuando caracteriza a las Ideas del Mundo Inteligible con las mismas características que el ser (inalterables, perfectas...). Pitágoras, con su teoría de la transmigración de las almas, es un claro precedente de la caracterización del alma como inmortal, concepción que también comparte con Sócrates.
Estamos ante el fragmento de un texto de Platón que hace referencia al conocido mito de la caverna, recogido en su obra La República. La idea principal alrededor de la cual gira el fragmento es la estructura de la realidad y el problema del conocimiento.
Contexto histórico y ubicación de la obra
Platón desarrolla su pensamiento filosófico en la Grecia clásica, concretamente en Atenas. Son acon¬tecimientos que enmarcan su pensamiento las Gue¬rras del Peloponeso, el gobierno de los Treinta Tira¬nos y la Liga de Delfos entre otros. Recibió una educación esmerada en el seno de una familia aristo¬crática. Se formó en música. aritmética y poesía de la mano de maestros insignes como Sócrates y Arqui¬tas.
El fragmento que nos ocupa pertenece a la época de madurez del autor, correspondiente al periodo que va desde la fundación de la Academia hasta su se¬gundo viaje a Italia. En dicha época, además de La República, escribió otros diálogos muy importantes, como El Banquete o Fedón.
Comentario
Podemos dividir el fragmento en las siguientes partes:
Hay que comparar (...) está en lo cierto» (líneas 1-8). donde se compara la ascensión del alma con la salida de la caverna.
«En fin [ ...] privada o pública» (líneas 8-17). que trata de la Idea de Bien.
El mito de la caverna (libro VII de La República) es una alegoría que pretende representar simbólicamente la estructura de la realidad: los hombres que viven en este mundo son como prisioneros que nunca han visto la luz del Sol y que se hallan encadenados de pies y manos en el fondo de una gran caverna, de espaldas a la única abertura que comunica con el exterior. Dentro de la caverna y detrás de ellos arde una hoguera de la que les separa un muro, a lo largo del cual van pasando hombres portadores de figuras de cosas y animales. Los prisioneros solamente pueden escuchar sus voces y contemplar las sombras que se proyectan sobre el fondo de la pared que tienen ante ellos. En este estado permanecen hasta que uno de ellos se libera de sus cadenas y sale de la cueva para contemplar la luz del Sol y las cosas reales.
Este mito puede interpretarse desde una perspectiva ontológica. Platón estructura la realidad en dos partes: el mundo sensible, el interior de la caverna «vivienda-prisión» y el mundo de las Ideas. la «región revelada».
El autor comienza refiriéndose a la ascensión del alma al «mundo de arriba», es decir, a la ascensión dialéctica desde el mundo sensible al Mundo Inteligible, que debe ser llevada a cabo por el alma humana. Platón considera al hombre como un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo pertenece al mundo sensible. es material y perecedero. El alma pertenece al Mundo de las Ideas, es de naturaleza espiritual e inmortal. La unión de cuerpo y alma es accidental y transitoria. En este sentido, la teoría de Platón se puede considerar opuesta a la que luego desarrollaría Aristóteles, en la que afirmaría que el cuerpo y el alma están sustancialmente unidos, como la cara y la cruz de una misma moneda.
La aspiración del alma es, según Platón, separarse del cuerpo y ascender al Mundo de las Ideas. Este aspecto de la teoría platónica es una herencia directa de la doctrina pitagórica de la transmigración de las almas, y de su maestro Sócrates, ardiente defensor de la inmortalidad del alma.
El mundo ideal es simbolizado en el fragmento por los objetos que están en el exterior de la caverna, así como por las sombras que éstos proyectan. Las Ideas son definidas por el filósofo ateniense como entes metafísicos que encierran el verdadero valor de las cosas. Las Ideas son los modelos ejemplares de las cosas, son únicas, inalterables, eternas. sólo captables por la inteligencia, son, en una palabra, la realidad misma se puede decir que poseen las características del Ser de Parménides. Por el contrario, las cosas del mundo sensible son cambiantes y captables por los sentidos. La relación entre ambos mundos es la de la imitación o la participación, es decir. las cosas del mundo sensible imitan a las ideas, participan de su perfección, pues las Ideas son las causas ejemplares o modelos de las cosas que habitan el mundo sensible.
Pero el ascenso hacia el Mundo Inteligible tiene un segundo momento en el cual el alma debe ascender de idea en Idea hasta llegar a la cima. Tal y como se nos explica en el texto, el Mundo de las Ideas está jerárquicamente organizada y en la cúspide se encuentra la Idea de Bien: «en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo es la idea del Bien». El Bien es identificado por Platón con la verdad v la belleza. «es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas». Es la suprema realidad. gracias a la cual existen v son verdaderas las cosas del mundo sensible. Así pues. todos los seres poseerán realidad en tanto que participan de la Idea de Bien.
Cabe también comparar el texto con el símil de la línea que aparece en libro VI de La República. Si se proyectan sobre una recta, cada uno de los sectores en que se divide la caverna v su exterior se corresponderían con la representación de los distintos grados del ser. Desde el fondo de la caverna hasta el Sol, aparecería una gradación continua que iría desde la pura oscuridad del fondo de la caverna, que representa la materia, hasta la máxima luz representada por el Sol, y que simboliza la Idea de Bien. Esta línea es una representación de la gran cadena del ser. El escalonamiento de los diversos sectores de la caverna y salto» hasta el Sol muestra los grados del saber y de la realidad.
Así pues, para Platón. los grados del conocer se corresponden con los grados del ser. de forma que el puro conocimiento será el único capaz de captar la verdadera realidad (las Ideas), mientras que el no-ser es absolutamente incognoscible. Existen. pues. diversos grados de conocimiento:
Mundo Sensible ............. Mundo Inteligible
Sombras .... Cosas ............. Matemáticas ..... Ideas
........DOXA.......................................... EPISTEME
La opinión, o doxa, fundamentada en la percepción de las cosas del mundo sensible, es decir de las entidades corporales sometidas al devenir espacio-temporal. Es el grado inferior de conocimiento. A su vez, la opinión se divide en otros dos tipos:
La imaginación o conjetura (eikasía, que es el conocimiento que tenemos de las cosas cuando percibimos sus sombras o sus reflejos.
La creencia (pistis), que es el conocimiento que surge de la percepción directa de las cosas.
La ciencia, o epistéme, es el conocimiento estricto. universal y necesario, cuyo objeto son las Ideas del Mundo Inteligible, el único real, y al que se llega por medio de la inteligencia. Platón divide también este conocimiento en otros dos:
El pensamiento discursivo (dianoia).
La inteligencia pura, el auténtico conocimiento (nóesis).
Así, a los objetos de la realidad puramente material le corresponderá un conocimiento sólo aparente la opinión. Sin embargo, cuando el alma logra liberarse de las cadenas del mundo sensible y elevarse al Mundo de las Ideas surge la posibilidad del conocimiento verdadero y absoluto, es decir, de la ciencia auténtica.
Así pues, vemos que la calidad del conocimiento depende de la calidad del objeto conocido, de ahí que siendo la Idea de Bien la suprema realidad, su conocimiento sea el conocimiento supremo, la suprema sabiduría. Asimismo, puesto que las cosas son en tanto que participan de la Idea de Bien, también serán conocidas en función del grado de participación, de manera que puede decirse que la Idea de Bien es también la causa del conocimiento cierto de todas las cosas.
Por otra parte, sólo quien llega al conocimiento de la Idea de Bien puede ser sabio y sólo el sabio puede obrar con sabiduría, es decir, sólo el sabio puede obrar bien. De aquí se deduce que el ignorante que no sabe qué es el Bien nunca podrá obrar con sabiduría. por lo que los más adecuados para gobernar la polis son, sin duda, los filósofos, pues son los únicos que, siendo capaces de elevarse hasta el conocimiento de la Idea de Bien, podrán ser guiados por éste para ser gobernantes buenos y justos.
En su concepción de la realidad Platón es heredero de otros autores. El cambiante mundo sensible es concebido de acuerdo con la idea de Heráclito de que toda la realidad está sometida a un incesante cambio. Parménides le inspira cuando caracteriza a las Ideas del Mundo Inteligible con las mismas características que el ser (inalterables, perfectas...). Pitágoras, con su teoría de la transmigración de las almas, es un claro precedente de la caracterización del alma como inmortal, concepción que también comparte con Sócrates.
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