HOMO HABILIS
Pero un salto, si cabe, definitivo, para la evolución humana, habría de ser la aparición de la especie llamada Homo Habilis pues con ella aparece el "Género Homo". Fue identificada por primera vez por Louis Leakey en la famosa garganta de Olduvai (Tanzania) en 1965, y le dio el nombre de Homo Habilis (el hombre artesano), al llegar a la conclusión, no compartida por todos los paleontólogos, de que fue la primera especie en poseer la capacidad humana de fabricar instrumentos. Su datación se ha fijado entre unos 2,5 y algo menos de 2 millones de años, por lo que coexistió con el Austrolopithecus y el siguiente eslabón, el Homo Erectus.
Su característica física más notable es el aumento del cerebro, que pasa de 450 a 600-800 cm3, siendo, además, su complejidad anatómica y funcional muy superiores.
Su industria lítica es muy tosca, todos sus elementos pertenecen a la categoría de los "Chopers" (hachas de roano) y de la "Lascas". Muchos de estos instrumentos han sido encontrados junto a huesos de animales, lo que nos hace pensar que fueron utilizados para descarnarlos, partirlos y extraer la médula, lo cual nos revela otras dos características esenciales, la primera es que eran habituales comedores de carne, y segundo que se comía en común, lo que significa un comportamiento cooperativo muy avanzado.
La obtención de la carne, ya sea por el carroñeo, seguramente su principal fuente, ya sea por la caza, nos hace pensar que debían poseer una cierta estrategia, capacidad de organización y flexibilidad en la acción para tener éxito frente a los competidores y mantenerse a salvo de los depredadores, lo cual a su vez exige, por una parte, una más potente y refinada inteligencia, y por otra un cierto lenguaje, un nivel comunicativo mucho más complejo que el de los simios actuales.
¿Podemos hablar de cultura en este primitivo ancestro? La respuesta depende de cuan exigentes seamos en la definición de "Cultura". Lo más sensato tal vez sea considerar que nos encontramos ante una fase en la que se supera la protocultura de los simios actuales y los Afariensis, adquiriendo ya alguna de las características de lo que denominamos modernamente cultura: conductas aprendidas socialmente y que son esenciales para la supervivencia y el mantenimiento de grupo.
Lo más transcendental del Horno Habilis es, posiblemente, que con él se cruza la frontera de la selección natural exclusivamente en las capacidades físicas a la selección basada en las capacidades cerebrales-cognitivas.
Su característica física más notable es el aumento del cerebro, que pasa de 450 a 600-800 cm3, siendo, además, su complejidad anatómica y funcional muy superiores.
Su industria lítica es muy tosca, todos sus elementos pertenecen a la categoría de los "Chopers" (hachas de roano) y de la "Lascas". Muchos de estos instrumentos han sido encontrados junto a huesos de animales, lo que nos hace pensar que fueron utilizados para descarnarlos, partirlos y extraer la médula, lo cual nos revela otras dos características esenciales, la primera es que eran habituales comedores de carne, y segundo que se comía en común, lo que significa un comportamiento cooperativo muy avanzado.
La obtención de la carne, ya sea por el carroñeo, seguramente su principal fuente, ya sea por la caza, nos hace pensar que debían poseer una cierta estrategia, capacidad de organización y flexibilidad en la acción para tener éxito frente a los competidores y mantenerse a salvo de los depredadores, lo cual a su vez exige, por una parte, una más potente y refinada inteligencia, y por otra un cierto lenguaje, un nivel comunicativo mucho más complejo que el de los simios actuales.
¿Podemos hablar de cultura en este primitivo ancestro? La respuesta depende de cuan exigentes seamos en la definición de "Cultura". Lo más sensato tal vez sea considerar que nos encontramos ante una fase en la que se supera la protocultura de los simios actuales y los Afariensis, adquiriendo ya alguna de las características de lo que denominamos modernamente cultura: conductas aprendidas socialmente y que son esenciales para la supervivencia y el mantenimiento de grupo.
Lo más transcendental del Horno Habilis es, posiblemente, que con él se cruza la frontera de la selección natural exclusivamente en las capacidades físicas a la selección basada en las capacidades cerebrales-cognitivas.
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