PÁRRAFO 10.- COMPENDIO DE UN LIBRO PUBLICADO RECIENTEMENTE TITULADO UN TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA
PÁRRAFO 10. INFERENCIA O PREDICCIÓN DEL EFECTO E IMPORTANCIA DE LA RELACIÓN CAUSA-EFECTO
TEXTO
Así es cuando lo considerado causa y lo considerado efecto, los dos, están presentes a los sentidos. Veamos ahora en qué se funda nuestra inferencia cuando de uno de ellos concluimos que lo otro ha existido o existirá. Supóngase que veo una bola moviéndose en línea recta hacia otra; inmediatamente concluyo que chocarán, y que la segunda se pondrá en movimiento. Ésta es la inferencia de la causa al efecto; y de esta naturaleza son todos nuestros razonamientos en la conducta de la vida; en ella se basa toda nuestra creencia en la historia; y de ella se deriva toda la filosofía, con la sola excepción de la geometría y la aritmética. Si podemos explicar esta inferencia a partir del choque de dos bolas, podremos dar cuenta de esta operación de la mente en todas las instancias.
TEXTO ORIGINAL
This is the case when both the cause and effect are present to the senses. Let us now see upon what our inference is founded, when we conclude from the one that the other has existed or will exist. Suppose I see a ball moving in a straight line towards another, I immediately conclude that they will shock and that the second will be in motion. This is the inference from cause to effect, and of this nature are all our reasonings in the conduct of life: on this is founded all our belief in history; and from hence is derived all philosophy, excepting only geometry and arithmetic. If we can explain the inference from the shock of two balls, we shall be able to account for this operation of the mind in all instances.
COMENTARIOS PÁRRAFO 10
Cuando vemos que una bola de billar se dirige hacia otra adelantamos que chocarán y que la segunda bola se pondrá en movimiento. Este tipo de razonamientos es habitual en nuestras vidas y por ellos nos guiamos (a excepción de la geometría y la aritmética)
RASGOS QUE CARACTERIZAN EL EMPIRISMO A MODO ESQUEMÁTICO
La experiencia, en sus diferentes formas, es el único ámbito del conocimiento: toda forma de conocimiento se reduce a la experiencia y tiene en ella sus límites y su máximo alcance. Este rasgo supone una investigación de los rasgos de la experiencia, de su alcance y del modo en el que la experiencia se traduce en la mente.
El problema del origen del conocimiento es un problema central en el movimiento empirista. El conocimiento se origina en la experiencia, y nada hay en la mente humana antes de la experiencia. Ello supone una crítica radical a la postura racionalista clásica -sostenida, entre otros, por Descartes- que juzgaba que sólo la mente o la razón era capaz de conoci¬miento. Un aspecto importante de esta crítica es el rechazo empirista a toda forma de ideas innatas o de ideas generales que la mente o la razón pueda mantener por sí misma, sin la contribución de la experiencia.
Todo conocimiento se reduce a una combinación de impresiones e ideas, que debe ser adecuada. Los distintos autores empiristas precisarán los ras¬gos de impresiones e ideas, llegando a soluciones tan dispares como las aportadas por Locke o Berkeley. El problema de los límites del conocimiento y de la certeza es un problema central en el empirismo, que expresará normas y métodos para establecer los límites del conocimiento y plantear los rasgos que deberá poseer todo conocimiento seguro y cierto.
El empirismo ha dedicado, desde Bacon y Hobbes, una decidida atención al lenguaje y a la crítica de las expresiones lingüísticas como expresiones de un conocimiento que se pretende fundado y cierto.
Frente a estos elementos, el racionalismo -representado por la tradición inaugurada por Descartes, y seguida por Spinoza y, en cierta medida, por Leibniz- parte del valor de la razón como origen del conocimiento. Todo conocimiento verdadero se origina en la razón, y la experiencia tiene valor sólo si se atiene a los dictados de la razón. Poseemos ideas innatas, de carácter general, compartidas por todos los hombres y que poseemos por el mero hecho de ser hombres. Uno de los rasgos fundamentales del racionalismo es la capacidad deductiva de la razón, que es un poder inherente a la razón misma: ésta puede establecer deducciones que, siempre que sean adecuadas y coherentes, serán válidas. El modelo de esta actitud se encuentra en el sistema de Descartes y en la ética de Spinoza, así como en las construcciones de los filósofos racionalistas más evidentes. Así pues, frente al empirismo, el racionalismo privilegia el valor de la razón humana y su universalidad frente al valor de la experiencia y del valor singular de las ideas e impresiones sensibles postuladas por los empiristas.
Sin embargo, no debe establecerse una rigurosa y puntual oposición entre ambas corrientes. Aunque ambas parten de principios diferentes, las dos tienen interés en una serie de elementos comunes como es el alcance y los límites del conocimiento, el problema de la certeza, la crítica de posiciones anteriores y la aplicación a la vida práctica. Las dos son posturas filosóficas que surgen en la modernidad europea -aun cuando tengan antecedentes en la filosofía anterior- y serán criticadas en la gran síntesis filosófica de Kant.
TEXTO
Así es cuando lo considerado causa y lo considerado efecto, los dos, están presentes a los sentidos. Veamos ahora en qué se funda nuestra inferencia cuando de uno de ellos concluimos que lo otro ha existido o existirá. Supóngase que veo una bola moviéndose en línea recta hacia otra; inmediatamente concluyo que chocarán, y que la segunda se pondrá en movimiento. Ésta es la inferencia de la causa al efecto; y de esta naturaleza son todos nuestros razonamientos en la conducta de la vida; en ella se basa toda nuestra creencia en la historia; y de ella se deriva toda la filosofía, con la sola excepción de la geometría y la aritmética. Si podemos explicar esta inferencia a partir del choque de dos bolas, podremos dar cuenta de esta operación de la mente en todas las instancias.
TEXTO ORIGINAL
This is the case when both the cause and effect are present to the senses. Let us now see upon what our inference is founded, when we conclude from the one that the other has existed or will exist. Suppose I see a ball moving in a straight line towards another, I immediately conclude that they will shock and that the second will be in motion. This is the inference from cause to effect, and of this nature are all our reasonings in the conduct of life: on this is founded all our belief in history; and from hence is derived all philosophy, excepting only geometry and arithmetic. If we can explain the inference from the shock of two balls, we shall be able to account for this operation of the mind in all instances.
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Cuando vemos que una bola de billar se dirige hacia otra adelantamos que chocarán y que la segunda bola se pondrá en movimiento. Este tipo de razonamientos es habitual en nuestras vidas y por ellos nos guiamos (a excepción de la geometría y la aritmética)
RASGOS QUE CARACTERIZAN EL EMPIRISMO A MODO ESQUEMÁTICO
La experiencia, en sus diferentes formas, es el único ámbito del conocimiento: toda forma de conocimiento se reduce a la experiencia y tiene en ella sus límites y su máximo alcance. Este rasgo supone una investigación de los rasgos de la experiencia, de su alcance y del modo en el que la experiencia se traduce en la mente.
El problema del origen del conocimiento es un problema central en el movimiento empirista. El conocimiento se origina en la experiencia, y nada hay en la mente humana antes de la experiencia. Ello supone una crítica radical a la postura racionalista clásica -sostenida, entre otros, por Descartes- que juzgaba que sólo la mente o la razón era capaz de conoci¬miento. Un aspecto importante de esta crítica es el rechazo empirista a toda forma de ideas innatas o de ideas generales que la mente o la razón pueda mantener por sí misma, sin la contribución de la experiencia.
Todo conocimiento se reduce a una combinación de impresiones e ideas, que debe ser adecuada. Los distintos autores empiristas precisarán los ras¬gos de impresiones e ideas, llegando a soluciones tan dispares como las aportadas por Locke o Berkeley. El problema de los límites del conocimiento y de la certeza es un problema central en el empirismo, que expresará normas y métodos para establecer los límites del conocimiento y plantear los rasgos que deberá poseer todo conocimiento seguro y cierto.
El empirismo ha dedicado, desde Bacon y Hobbes, una decidida atención al lenguaje y a la crítica de las expresiones lingüísticas como expresiones de un conocimiento que se pretende fundado y cierto.
Frente a estos elementos, el racionalismo -representado por la tradición inaugurada por Descartes, y seguida por Spinoza y, en cierta medida, por Leibniz- parte del valor de la razón como origen del conocimiento. Todo conocimiento verdadero se origina en la razón, y la experiencia tiene valor sólo si se atiene a los dictados de la razón. Poseemos ideas innatas, de carácter general, compartidas por todos los hombres y que poseemos por el mero hecho de ser hombres. Uno de los rasgos fundamentales del racionalismo es la capacidad deductiva de la razón, que es un poder inherente a la razón misma: ésta puede establecer deducciones que, siempre que sean adecuadas y coherentes, serán válidas. El modelo de esta actitud se encuentra en el sistema de Descartes y en la ética de Spinoza, así como en las construcciones de los filósofos racionalistas más evidentes. Así pues, frente al empirismo, el racionalismo privilegia el valor de la razón humana y su universalidad frente al valor de la experiencia y del valor singular de las ideas e impresiones sensibles postuladas por los empiristas.
Sin embargo, no debe establecerse una rigurosa y puntual oposición entre ambas corrientes. Aunque ambas parten de principios diferentes, las dos tienen interés en una serie de elementos comunes como es el alcance y los límites del conocimiento, el problema de la certeza, la crítica de posiciones anteriores y la aplicación a la vida práctica. Las dos son posturas filosóficas que surgen en la modernidad europea -aun cuando tengan antecedentes en la filosofía anterior- y serán criticadas en la gran síntesis filosófica de Kant.
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