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ACLARACIÓN: EJEMPLO COMENTARIO PÁRRAFO 15

El texto presentado es un fragmento del Abstracto, resumen que Hume publicó en 1740 de una extensa obra anterior titulada Tratado de la naturaleza humana (1737), donde se plantea aplicar el método de la física de Newton a los asuntos humanos, intentando hacer, por vez primera, una "ciencia de la naturaleza humana" según los principios de la nueva física. El Tratado sigue los principios de un empirismo radical y pretende explicar el funcionamiento del conocimiento, empleando el principio de la asociación de ideas y criticando posiciones anteriores que le hacen ganar fama de ateo y escéptico. Esta obra será ampliada en otra obra posterior, que es una obra fundamental en la filosofía de Hume, donde expone los principios fundamentales de su método crítico: la Investigación sobre el entendimiento humano (1848).
El texto plantea la imposibilidad de que podamos conocer la sucesión temporal y la relación causal si nos si nos atenemos sólo a los datos de la experiencia. Como para a Hume la experiencia es la única garante de realidad, su conclusión es la negativa a aceptar que exista una razón valida para hacer inferencias causales, y que es la costumbre y no la razón la que guía la vida práctica. Este argumento lleva a limitar el tradicional poder otorgado a la razón y a criticar toda concepción del conocimiento que no se apoye en la experiencia sensible. Para ello, Hume diseña el conocido argumento de las Bolas de billar, en el que se analizan la relación entre sucesión temporal y causalidad.
Los argumentos del texto propuesto pueden agruparse en los siguientes momentos:
1. Sólo la costumbre o el hábito -y no la razón- permite inferir que el futuro se conforma al pasado.
2. En el caso del choque de dos bolas de billar, cuando una bola se mueve hacia otra, inferimos que ambas chocarán en algún momento.
3. Sin embargo, no hay nada en la experiencia que sirva de fundamento a nuestra esperanza de que se producirá este choque, pues no conocemos los poderes que hacen actuar a los cuerpos.
4. Por lo tanto, no hay razón alguna para pensar que determinadas cualidades sensibles tienen determinados poderes y que de determinadas causas se siguen determinados efectos.
5. De ello debe deducirse que la vida humana se encuentra guiada por la costumbre y no por sólidos fundamentos racionales.
Hume realiza en este texto una de sus críticas más contundentes del principio de causalidad y de la relación clásica entre causa y efecto. Una crítica que tiene grandes consecuencias en la filosofía posterior y que tiene en la base su propio concepto de conocimiento. Existen tres importantes contextos en los que debe analizarse cuanto Hume propone en este texto.
En primer lugar, su concepto de "experiencia" como el único ámbito posible en el que podemos conocer: sólo conocemos a través de impresiones y de las ideas que estas impresiones producen en la mente -que pueden ser más o menos vivas-. La experiencia es, pues, el ámbito de posibilidad de todo conocimiento: lo que exceda la experiencia o no pueda experimentarse, no podrá ser conocido y no podremos dar razón de ello.
En segundo lugar, Hume piensa que todos los objetos del conocimiento pueden ser de dos tipos: 1) relaciones entre ideas, que encierra el ámbito de los argumentos evidentes y necesarios, cuyo modelo son los razonamientos axiomáticos de las matemáticas; 2) cuestiones de hecho, que abarcan el ámbito de lo probable y en cuyo dominio no se da el conocimiento cierto y dirigido por la razón; tal es el ámbito de la mayoría de las realidades de la experiencia y de las situaciones de la vida. El ejemplo planteado por las bolas de billar es una evidente cuestión de hecho y, por tanto, su conocimiento será un conocimiento dominado por la probabilidad.
En tercer lugar, el concepto de causalidad. Hume piensa que no se puede percibir la misma relación de causalidad o la relación causa-efecto. Tal relación es una cuestión de hecho que se encuentra dominada por la imaginación y, sobre todo, por la costumbre. Es la costumbre la que proyecta el pasado sobre el futuro; es la costumbre la que nos hace pensar que si un objeto es contiguo en el espacio y próximo en el tiempo a otro, ejercerá sobre él alguna influencia que denominamos relación causal; sin embargo, ello cae en el ámbito de la probabilidad y, por lo tanto, es la costumbre y no la razón la que rige la causalidad.

VOCABULARIO
Hábito: Es equivalente a la costumbre, y se constituye mediante una repetición de actos que llega a ser inconsciente y mecánica. El concepto de hábito es fundamental en la vida humana, tanto práctica como teórica. Muchas de las más importantes creencias encuentran su único fundamento en el hábito o la costumbre, como es el caso de algunos de los más importantes conceptos de la tradición filosófica. Sin embargo, el hábito o la costumbre no pueden constituir un verdadero fundamento racional de ninguna creencia.
Cualidades sensibles: Son las cualidades de los cuerpos, captadas mediante la experiencia sensible y procesadas mediante la reflexión.
Efecto: Se entiende por efecto el resultado de una acción causal. Hume niega toda relevancia al concepto clásico de causalidad y, por lo tanto, al concepto de efecto como producido por una causa. El único fundamento del concepto de causalidad es el hábito o la costumbre, que nos hace ver que siempre que se da un objeto se sigue de él otro objeto al que denominamos efecto de aquel. Contra toda la tradición filosófica, y en especial contra el racionalismo, Hume no admite que pueda haber ciencia alguna con base en la relación de causalidad. La relación de causalidad es una relación temporal sustentada por la costumbre, no una relación ontológica.

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