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UN LUGAR PARA APRENDER FILOSOFÍA

BROMEANDO CON LA DIDÁCTICA

BROMEANDO CON LA DIDÁCTICA En aquel tiempo Jesús subió a la montaña y sentándose en una gran piedra dejó que sus discípulos y seguidores se le acercaran.

 

Después, tomando la palabra, les enseñó diciendo:

 

En verdad, en verdad os digo que serán bienaventurados los pobres de Espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

 

Que serán bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

 

Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos...

 

Entonces Pedro le interrumpió para decir: ¿Tenemos que saberlo de memoria?

 

Y Andrés dijo: ¿Tenemos que escribirlo?

 

Y Santiago dijo: ¿Tenemos que examinarnos de esto?

 

Y Felipe dijo: No tengo papiro.

 

Y Bartolomé dijo: ¿Te lo tenemos que entregar?

 

Y Juan dijo: ¿Puedo ir al servicio?

 

Y Judas dijo: ¿Y esto para qué sirve?

 

Entonces uno de tantos fariseos presentes, que nunca había enseñado, pidió  ver la Programación de Jesús y, ante el asombro del Maestro, le inquirió en estos términos: ¿Cuál es tu nivel de competencia curricular? ¿Cómo atiendes a la diversidad?. ¿Cómo has diseñado la motivación de intereses de palestinos y gentiles? ¿Qué significatividad  tiene el material de aprendizaje que pretendes enseñar?.

 

A Jesús se le llenaron los ojos de lágrimas y, elevándolos al cielo pidió al Padre la jubilación anticipada.

 

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