El eje central de la filosofía platónica esta representado por el mundo de las ideas, y en este sentido el mito de la caverna no es más que una representación metafórica que a través de un lenguaje simbólico pretende ilustrar el camino a seguir hasta alcanzar el conocimiento de este mundo ideal y perfecto.
De esta manera el interior de la caverna representará la oscuridad , la ignorancia o en palabras de Platón el mundo sensible cambiante, finito que es una copia imperfecta del mundo perfecto de las ideas. Por otra parte los prisioneros de la caverna están encerrados en su ignorancia, su irracionalidad y lo único que pueden conocer de este mundo imperfecto son las sombras de los objetos, a los que son capaces de distinguir con gran maestría y profesionalidad. Y es tan solo la costumbre que los convierte en unos expertos en el mundo de lo opinable pero en cambio son plenos torpes en el conocimiento de lo verdadero, del auténtico ser de las cosas.
Así pues al liberar a uno de los prisioneros de las cadenas, este se encaminará dejando atrás el mundo de lo opinable por la senda que le llevará hasta el mundo inteligible o el mundo que representa el auténtico ser da las cosas. No se trata de nada fácil ya que el camino que ha de subir es una "áspera y escarpada subida" que requiere muchos esfuerzos porque supone dejar de lado los apetitos y las atracciones del mundo sensible caracterizado por su comodidad y confort.
En un sentido metafórico esta "subida" simboliza la propia educación que pretenderá de una manera correcta dirigir el alma, que es el la única capaz de contemplar las ideas, pues los sentidos son engañosos y deficientes no permiten alcanzar el verdadero conocimiento, hacía la contemplación del mundo de arriba o el mundo de las ideas que son perfectas, inmutables y ingénitas.
El hecho de calificar esta subida como áspera y dura se debe a que este proceso educativo tal como se dijo antes requerirá muchas fuerzas y voluntad por dejar el mundo sensible, de allí que establecemos como conclusión que no todos serán capacitados de subirlo, sino solo aquellas naturalezas en las que el alma racional domine y somete bajo su control a la parte irascible y apetitiva que la empujan hacia el mundo de "abajo" o el mundo sensible
Volviendo de nuevo al interior de la caverna y sin perder de vista al prisionero liberado que es metáfora del propio filósofo hay que analizar a continuación las cosas con las que se encontraría durante su subida, y lo primero que observaría sería de esta manera los objetos cuyas sombras veía antes, aquí sería conveniente recordar el símil de la línea según la cual los objetos materiales están en un escalón superior al de las sombras o las imágenes ,en un sentido ontológico claro, por tanto el prisionero liberado ya habrá dado un paso más y estará un poco más cerca del mundo ideal que desea alcanzar.
Ahora bien, a partir de allí la subida se vuelve aun más dura y áspera ya que el filósofo o el prisionero liberado tendrá que emprender el estudio de las matemáticas o los objetos reflejados en el agua que le permitirán iniciar el proceso de abstracción que le ayudará alejarse del mundo sensible. Y a posteriori, el estudio de la dialéctica que utilizando como únicos instrumentos la palabra y la razón, y estableciendo argumentos y contraargumentos permitirán al prisionero finalmente culminar su viaje con el conocimiento de la idea del Bien, la cima en la jerarquía de las ideas, y representada por el ser más luminoso en el exterior de la caverna o en el mundo de arriba, que es el Sol.
Una vez alcanzado el conocimiento de la verdad, entendiéndose como tal el conocimiento de las ideas, el filósofo deberá descender de nuevo a la caverna, este descenso en sentido metafórico simboliza (mejor: es lo que se conoce como) la dialéctica descendiente, es decir, el camino del conocimiento de las ideas a su aplicación práctica en el mundo sensible de los humanos. Ya que él mejor que nadie sabrá reconocer los objetos del mundo sensible que más se acercan o más se alejan de este mundo que copian.
Es por esta razón por la que Platón llega a la conclusión que el candidato ideal para gobernar el Estado es el filósofo ya que una vez haya alcanzado la idea del Bien se convierte en el experto de distinguir en el mundo imperfecto aquello que participa en mayor o menor grado de esta idea del "Bien".
Por tanto concluyendo la finalidad de subir por la "áspera" y "escarpada" subida y alcanzar el conocimiento de las ideas, es descender después de nuevo al mundo sensible y aplicar este conocimiento al mismo, poniéndose al frente del gobierno y encaminar a los "ignorantes" del mundo sensible hacia la felicidad y la virtud.
Eleonora Chakarova
De esta manera el interior de la caverna representará la oscuridad , la ignorancia o en palabras de Platón el mundo sensible cambiante, finito que es una copia imperfecta del mundo perfecto de las ideas. Por otra parte los prisioneros de la caverna están encerrados en su ignorancia, su irracionalidad y lo único que pueden conocer de este mundo imperfecto son las sombras de los objetos, a los que son capaces de distinguir con gran maestría y profesionalidad. Y es tan solo la costumbre que los convierte en unos expertos en el mundo de lo opinable pero en cambio son plenos torpes en el conocimiento de lo verdadero, del auténtico ser de las cosas.
Así pues al liberar a uno de los prisioneros de las cadenas, este se encaminará dejando atrás el mundo de lo opinable por la senda que le llevará hasta el mundo inteligible o el mundo que representa el auténtico ser da las cosas. No se trata de nada fácil ya que el camino que ha de subir es una "áspera y escarpada subida" que requiere muchos esfuerzos porque supone dejar de lado los apetitos y las atracciones del mundo sensible caracterizado por su comodidad y confort.
En un sentido metafórico esta "subida" simboliza la propia educación que pretenderá de una manera correcta dirigir el alma, que es el la única capaz de contemplar las ideas, pues los sentidos son engañosos y deficientes no permiten alcanzar el verdadero conocimiento, hacía la contemplación del mundo de arriba o el mundo de las ideas que son perfectas, inmutables y ingénitas.
El hecho de calificar esta subida como áspera y dura se debe a que este proceso educativo tal como se dijo antes requerirá muchas fuerzas y voluntad por dejar el mundo sensible, de allí que establecemos como conclusión que no todos serán capacitados de subirlo, sino solo aquellas naturalezas en las que el alma racional domine y somete bajo su control a la parte irascible y apetitiva que la empujan hacia el mundo de "abajo" o el mundo sensible
Volviendo de nuevo al interior de la caverna y sin perder de vista al prisionero liberado que es metáfora del propio filósofo hay que analizar a continuación las cosas con las que se encontraría durante su subida, y lo primero que observaría sería de esta manera los objetos cuyas sombras veía antes, aquí sería conveniente recordar el símil de la línea según la cual los objetos materiales están en un escalón superior al de las sombras o las imágenes ,en un sentido ontológico claro, por tanto el prisionero liberado ya habrá dado un paso más y estará un poco más cerca del mundo ideal que desea alcanzar.
Ahora bien, a partir de allí la subida se vuelve aun más dura y áspera ya que el filósofo o el prisionero liberado tendrá que emprender el estudio de las matemáticas o los objetos reflejados en el agua que le permitirán iniciar el proceso de abstracción que le ayudará alejarse del mundo sensible. Y a posteriori, el estudio de la dialéctica que utilizando como únicos instrumentos la palabra y la razón, y estableciendo argumentos y contraargumentos permitirán al prisionero finalmente culminar su viaje con el conocimiento de la idea del Bien, la cima en la jerarquía de las ideas, y representada por el ser más luminoso en el exterior de la caverna o en el mundo de arriba, que es el Sol.
Una vez alcanzado el conocimiento de la verdad, entendiéndose como tal el conocimiento de las ideas, el filósofo deberá descender de nuevo a la caverna, este descenso en sentido metafórico simboliza (mejor: es lo que se conoce como) la dialéctica descendiente, es decir, el camino del conocimiento de las ideas a su aplicación práctica en el mundo sensible de los humanos. Ya que él mejor que nadie sabrá reconocer los objetos del mundo sensible que más se acercan o más se alejan de este mundo que copian.
Es por esta razón por la que Platón llega a la conclusión que el candidato ideal para gobernar el Estado es el filósofo ya que una vez haya alcanzado la idea del Bien se convierte en el experto de distinguir en el mundo imperfecto aquello que participa en mayor o menor grado de esta idea del "Bien".
Por tanto concluyendo la finalidad de subir por la "áspera" y "escarpada" subida y alcanzar el conocimiento de las ideas, es descender después de nuevo al mundo sensible y aplicar este conocimiento al mismo, poniéndose al frente del gobierno y encaminar a los "ignorantes" del mundo sensible hacia la felicidad y la virtud.
Eleonora Chakarova
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