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LA EDUCACIÓN EN FINLANDIA


La educación en Finlandia

Según el Informe PISA 2006 de la OCDE, Finlandia es el país que obtiene mejores resultados educativos. ¿Por qué Finlandia ocupa el primer puesto y España es de los peores?

  • Para los finlandeses, la educación ha de ser igualitaria y gratuita. Hay una fuerte concienciación al respecto, y prácticamente no existe educación privada. Por ejemplo, existen 20 Universidades y todas ellas son públicas y gratuitas, ni siquiera se cobran matrículas. La Constitución de Finlandia dice que todas las personas tienen derecho a una educación básica sin importar su origen social o cultural, y que ésta debe ser absolutamente gratis. Por eso el sistema educativo finlandés es público y gratuito desde que un niño nace hasta que hace el doctorado en la Universidad. El Estado paga todo el material escolar, desde los libros hasta el último lápiz, o el transporte para los alumnos que viven lejos. Además, los alumnos reciben una comida caliente todos los días al mediodía que garantiza su buena alimentación.

  • La formación de los profesores en Finlandia es muy exigente y completa, y es un empleo con una alta consideración social y bien pagado. Para ser profesor hay que tener una titulación universitaria superior. Por ejemplo, ser maestro de Primaria requiere seis años de carrera (recordemos que en España son tres), pero es que además solo ingresan a ella el 20% de los aspirantes. Al final del proceso los centros tienen autonomía para elegir a los más cualificados, y solo los que demuestran estar realmente capacitados para la enseñanza serán contratados. Las relaciones entre los profesores y los alumnos son de gran familiaridad, lo que no excluye en ningún caso el respeto mutuo. Los profesores son accesibles y atentos, están siempre disponibles y mantienen una relación muy fluida con los padres.

  • Hay una fuerte descentralización, especialmente a partir de los años 90, cuando las escuelas pasaron a ser municipales (aunque financiadas por el gobierno central). Esto redunda en mayores atribuciones para los centros y los maestros, que pueden elegir los libros de texto, el programa educativo de la escuela, fijar directivas sobre cuestiones disciplinarias, de evaluación, así como de cooperación entre la escuela y los padres.


    La educación en Finlandia

  • Los conflictos escolares son muy infrecuentes en Finlandia, y cuando ocurren se procura atajarlos pronto. El profesor es el que da la voz de alarma. En cada centro hay un trabajador social, un médico, un enfermero, y un alumno elegido por sus compañeros que recibe algunas nociones sobre como tratar conflictos. El tutor también se encarga de estos asuntos, con la colaboración de la familia. Entre todos tratan de zanjar el problema antes de que vaya a más.

  • El sistema es muy equitativo, y no hay grandes diferencias entre los mejores alumnos y los peores. Uno de los aspectos más importantes del sistema es que los profesores se aseguran de que ningún alumno se quede atrasado. Si eso ocurre se ponen todos los medios a su disposición, incluyendo un profesor particular, psicólogo, etc. Todo el mundo es igual. Nadie repite curso, sencillamente porque no se deja que ningún alumno quede atrás.

  • Los ordenadores e Internet son herramientas de uso diario en las aulas. Los niños los manejan desde el primer curso. Finlandia tiene una política taxativa de incluir a la totalidad de su población en la sociedad de la información.

  • Hasta los 9 años los alumnos no son evaluados con notas. Sólo a esa edad se evaluan, pero aun sin emplear cifras. Así, la adquisición de los saberes fundamentales puede hacerse sin la tensión de las notas y sin la estigmatización de los alumnos más lentos. Las notas expresadas en cifras sólo aparecen cuando los niños tienen ya 13 años, y van del 4 a 10. Están proscritos el 0 infamante y las puntuaciones muy bajas, ¿qué sentido tiene construir una escala de la ignorancia?

  • En Finlandia se otorga gran importancia a la apertura hacia el exterior. La cooperación entre las instituciones educativas y las empresas está muy desarrollada en el marco de una iniciación a la vida profesional. Los consejeros ayudan a los alumnos a tener una visión más amplia de sus estudios en relación con su futuro.

  • Las ayudas otorgadas por el Estado permiten que los jóvenes se independicen muy pronto de sus familias. Se otorgan pagas mensuales a los universitarios para que puedan vivir en cualquier ciudad de Finlandia y estudiar lo que más les guste sin depender del dinero paterno. Esto unido a que las casas son muy baratas hace que la mayoría de los jovenes a los 18 años sea ya independiente. De este modo disfrutan de una mayor libertad y no hay esa mentalidad que prioriza los valores familiares, como ocurre en España. Se desarrollan una pluralidad de formas de vida y de convivencia que hacen de Finlandia una sociedad muy abierta y tolerante.

  • En Finlandia rara vez se encuentran libros, películas o revistas traducidos al finés. La televisión en Finlandia no dobla los programas o las películas extranjeras, lo que hace que los niños se familiaricen con otros idiomas, especialmente el inglés, desde muy pequeños. La gran mayoría de la población habla inglés sin ningún problema. De hecho si no tienes un buen nivel de inglés difícilmente podrás acceder a la Universidad.

  • Hay unos elevados índices de lectura y de difusión de prensa, y los jóvenes siguen leyendo a pesar de todos los recursos digitales que hay a su alrededor. En Finlandia los periódicos no son "prensa de partido" como en España, sino que intentan acercarse a la realidad desde una visión pluralista y pedagógica.


    La educación en Finlandia

  • La educación para adultos es una parte importante de la política educativa finlandesa, sobre todo en los últimos años. Puesto que las generaciones mayores tienen menor nivel de instrucción que las jóvenes, necesitan educación adicional y complementaria. Incluso después de la jubilación, los finlandeses son entusiastas estudiantes.

  • Obviamente, en Finlandia los impuestos son más altos que en España. Y cuando llegan las elecciones, los partidos no se dedican a competir para ver quien reduce más los impuestos. Es casi lo contrario. La gente desea unos servicios públicos de calidad y saben que eso hay que pagarlo.

  • Entre los finlandeses existe un fuerte sentido de la responsabilidad y de la honradez, y la gente no abusa de los servicios públicos por mucho que sean gratuitos. La sostenibilidad del sistema depende de esos valores compartidos. En Finlandia no es necesario que un guardia vigile que la gente no se cuele en el metro, y si te olvidas la cartera en algún sitio puedes volver allí a por ella. Prácticamente no existe la corrupción.


    Enlaces:

    - Así estudian los niños más listos del mundo
    - Finlandia: cambiar la educación (ricardoroman.cl)
    - El país de los maestros (elpais.com)
    - La educación en Finlandia (virtual finland)
    - La escuela en Finlandia (stecyl.es)
    - La educación en Finlandia (kaosenlared)
    - La educación en Finlandia: los secretos de un éxito asombroso


  • NOTAS DE CORTE -CURSO 2008-2009-

    http://orientacion.blogia.com/2009/080801-notas-de-corte-2009-2010.php

    DEBATE: ¿PROHIBIRÍA POR LEY EL CASTIGO FÍSICO A LOS NIÑOS?

    ARTICULO: FERNADO SAVATER  EL PAIS: Domingo 23 de Octubre 2005

     

    La más impresionante y modéli­ca hazaña educativa que conoz­co empieza con un buen cachete dado en su preciso y precioso mo­mento. La joven Ana Sullivan lle­ga a casa de Helen Keller, ciega y sorda (en apariencia también mu­da a sus siete años), para afrontar una tarea imposible, la ins­trucción de la niña, que, en opi­nión de todos, ni puede ni quiere comunicarse con los demás. En realidad, los padres de Helen no la contratan para que "eduque" a su hija -objetivo que conside­ran de todo punto inalcanza­ble-, sino para que se encargue de ella y la soporte, porque ellos ya no pueden aguantar más. El primer día de su nuevo trabajo comienza como una pesadilla pa­ra Ana Sullivan. A la hora del almuerzo familiar, Helen se nie­ga a sentarse a la mesa, tira la servilleta, arroja la comida por el suelo y hostiliza de todas las ma­neras imaginables a la nueva ins­titutriz. Los padres ruegan a Ana comprensión y tolerancia, resignación, ¡la pobre niña sufre tanto con sus limitaciones!. Hay que dejarla a su aire... Si la seño­rita Sullivan hubiera sido una mujer acomodaticia, una simple empleada consciente de lo que se esperaba de ella y dispuesta a cumplir su parte del contrato, a cobrar y no meterse en líos, He­len no se hubiera sentado a la mesa ese día y hubiera muerto salvaje, incluso retrasada men­tal, como la suponían sus amoro­sos deudos. Pero Ana Sullivan era esa cosa heroica e insoborna­ble, realmente inesperada: una auténtica maestra. De modo que ante el horror de los políticamen­te correctos padres, le soltó a la minusválida un fenomenal bofe­tón. Y Helen se sentó a la mesa, malcomió entre gruñidos y co­menzó el arduo camino de su educación que la llevó muchos años después a poseer una envi­diable cultura y a escribir un li­bro en el que agradecía aquel ca­chete valeroso de su maestra co­mo el golpe de gracia que le sal­vó intelectualmente la vida.

    Quede claro: no hay que mal­tratar a los niños ni se debe recu­rrir habitualmente por frustra­ción o histeria -cuando no por sadismo- a los castigos corpora­les contra ellos. En circunstan­cias favorables (no digo "norma­les", porque lo realmente favora­ble rara vez es normal), los encar­gados de su buena crianza pue­den enseñarles las pautas de con­vivencia a base de la persuasión y del ejemplo. Pero los educado­res son humanos y precisamente esa humanidad es lo que deben transmitir a sus pupilos. Es im­portante que el niño conozca que hay límites que no se deben transgredir porque entonces puede perderse la relación amistosa incluso con quienes más nos quieren. Cuando uno se salta las luces rojas tropieza con un cache­te como quien va sin frenos y con los ojos vendados puede cho­car contra un muro. También en el terreno educativo existe a su modo el habeas corpus. somos de carne y hueso, y detrás de nues­tras normas, de las pautas de res­peto y cortesía, de las leyes de la civilización, están los empello­nes y garrotazos, cuando no algo peor. Los niños pequeños están recibiendo el mundo de sus ma­yores, mientras la propia natura­leza (con sus golpetazos, chapu­zones y quemaduras) les va ense­ñando que no todo gesto queda sencillamente impune. Como cantaba Georges Brassens con ocasión de una señora de trasero voluminoso que se lanzó a bailar con frenesí y acabó dolorosamen­te sentada sobre la pista: "La ley de la gravedad, madame, es dura pero es la ley". También detrás de las leyes humanas hay un tope­tazo físico que pretendemos evi­tar: el cachete puede ser en oca­siones un atisbo aleccionador que vacune contra futuras trans­gresiones que desembocarán en reconciliaciones más difíciles. Pa­sada la indignación rebelde del momento, cualquier niño sano puede comprender la diferencia entre unos padres exasperados hasta el limite de su paciencia (pero dispuestos inmediatamen­te a perdonar y acariciar) de otros predispuestos por incapaci­dad o vicio a la agresión. Precisa­mente porque sabe que sus mayo­res no son propensos a la violen­cia, el neófito es capaz de com­prender al reflexionar sobre lo ocurrido que ciertos comporta­mientos despiertan la violencia allí donde no la había ni tenía por qué haberla. Ninguna bofeta­da sustituye a la persuasión, pe­ro alguna -en la ocasión y el momento adecuados- puede servir de aldabonazo para que las razones persuasivas sean me­jor atendidas.

    En todos los continentes, espe­cialmente en los países del llama­do Tercer Mundo, millones de niños padecen maltrato. Nunca ven acercarse a ellos a los adul­tos más que con malas intencio­nes: no para jugar o instruirles, sino para esclavizarles como trabajadores a destajo, objetos sexuales o minúsculos soldados de guerras que no pueden ni de­ben comprender. Es el peor de los pecados, el motivo que justifi­caría otra lluvia de fuego sobre nuestra civilización en tantos as­pectos desalmada. También en los países democráticos y desa­rrollados a menudo los más pe­queños pagan en la intimidad del hogar agobios y frustracio­nes de quienes deberían cuidar­les con la alegría que hace madu­rar. Pero no menos dañino a la larga es que crezcan en la falsa tolerancia de quienes no saben o no quieren enseñarles las restric­ciones que impone -sí: impo­ne- la convivencia civilizada. De tal modo que luego, en la adolescencia, se conviertan en perturbadores asilvestrados que ni estudian ni permiten el estu­dio de los demás en las escuelas o que pasen su tiempo persi­guiendo en jauría a sus compañe­ros o maltratando a las chicas, como entrenamiento de lo que mañana harán con sus parejas. Les cuento un caso vivido: se­sión de tarde en un cine de estre­no, en San Sebastián. Un machi­to de unos doce años martiriza groseramente a la niña que le acompaña, a la que entre bro­mas y veras le está dando una auténtica paliza. Los adultos cir­cunstantes miran con embarazo y comentan con desagrado, pero no mueven un dedo. Hasta que una señora joven y bien plantada se levanta y le arrea un sopapo al botarate, diciendo enérgicamen­te: "Eso, para que aprendas que siempre habrá alguien más fuer­te que tú". A partir de ese mo­mento, paz en la platea. No, cla­ro que no se debe pegar a los críos. Casi nunca.

    REFLEXIÓN: MI HIJO NO ATIENDE EN CLASE

    Eduardo Punset: “Por qué somos como somos”  Págs. 83-84

     

    MI HIJO NO ATIENDE EN CLASE

    En ocasiones los problemas derivados de un aprendizaje deficiente en los primeros meses y años de vida se presentan pronto y, afortunadamente, sin la gravedad de cuestiones como la depresión o el suicidio. Una preocupación de muchos padres es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad de sus hijos, un problema que afecta a cinco de cada cien niños en edad escolar. Niños inquietos, impulsivos, que no se centran en objetivos concretos, su atención pasa de una cosa a otra y parece que no oyen ni hacen caso de lo que se les dice. Aunque las causas de este trastorno no son suficientemente conocidas, se sabe que está precedido de sutiles alteraciones neurológicas que afectan a los neurotransmisores y que tienen un importante componente genético. Afecta tres veces más a los niños que a las niñas, aunque quizá éstas no son diagnosticadas porque suelen padecer déficit de atención pero sin hiperactividad.

    El fracaso escolar es una de las primeras consecuencias de esta disfunción cerebral. El problema muchas veces no radica en su capacidad intelectual, sino en su rendimiento; obtener los mismos resultados que los demás les cuesta el doble de esfuerzo porque no pueden centrar la atención y retener en su memoria los conceptos. Todo ello a veces se complica con un escaso control de los impulsos. Estos niños pueden mostrar también comportamientos antisociales y problemas de adaptación. Sin embargo, ellos no pueden darse cuenta de que su conducta molesta a los demás. Un diagnóstico adecuado y precoz es muy importante para que los padres puedan entender a sus hijos, comprendan lo que ocurre en su cerebro y aprendan a manejarlos. El colegio y concretamente el apoyo de los profesores es básico para la recuperación de estos niños que necesitan tiempo extra y ayudas adicionales. Algunas veces incluso deberán escolarizarse en colegios especializados, si no quieren ser regañados o castigados constantemente.

    En Redes tuvimos ocasión de pedir a la especialista Glòria Gibert —profesora de la escuela Lexia, un centro dedicado a estos niños— algunos consejos sobre cómo enfrentarnos al problema. Para ella las claves son la paciencia, un clima de trabajo tranquilo y relajado en grupos reducidos, y un fomento continuo de la autoestima, reforzando los aspectos positivos. «Muchos de los niños que llegan aquí han vivido experiencias muy negativas: se les ha reñido, se les ha castigado, no se les ha comprendido y ellos lo acusan de maneras muy diferentes. Muchos niños llegan frustrados, otros son muy agresivos. Ves que en realidad no es su manera de ser, sino que cuando están aquí ellos ven que están aprendiendo, que pueden seguir una clase de lo que sea, que son capaces de hacer algo. Entonces toda esta frustración les va desapareciendo y al salir de la escuela pueden integrarse al mundo porque saben que son capaces de hacer algo».

    La terapia psicológica ayuda a los niños hiperactivos a controlar la impulsividad y los despistes, mientras que la terapia farmacológica puede corregir las disfunciones de los neurotransmisores. A menudo pienso en el error infinito cometido por la clase culta cuando los neurólogos no compartían sus conocimientos sobre procesos neuronales con los de conducta de los psicólogos o los farmacológicos de los químicos. Afortunadamente, los tiempos están cambiando y hace poco tiempo el neurólogo y premio Nobel de Fisiología o Medicina Eric Kandel me decía, en la Universidad de Columbia, que este siglo sería el del cerebro gracias a la multidisciplinariedad ahora aceptada como imprescindible. Por fin los psiquiatras se hablaban con los médicos, éstos con los neurólogos y estos mismos con los biólogos moleculares y psicoanalistas.

     

    APRENDIENDO A PENSAR

    Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:

    Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que este afirmaba rotundamente que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.

    Leí la pregunta del examen y decía: Demuestre como es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro. El estudiante había respondido: llevo el barómetro a la azotea del edificio y le ato una cuerda muy larga. Lo descuelgo hasta la base del edificio, marco y mido. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio.

    Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente.

    Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudio, obtener una nota mas alta y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.

    Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.

    Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunte si deseaba marcharse, pero me contesto que tenia muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excuse por interrumpirle y le rogué que continuara.

    En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: tomo el barómetro y lo lanzo al suelo desde la azotea del edificio, calculo el tiempo de caída con un cronometro. Después se aplica la formula altura = 0,5 por A por t^2. Y así obtenemos la altura del edificio.

    En este punto le pregunte a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota mas alta.

    Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, tomas el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del Edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.

    Perfecto, le dije, ¿y de otra manera?. Si, contestó, éste es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, tomas el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el numero de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el numero de marcas que has hecho y ya tienes la altura.

    Este es un método muy directo. Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento mas sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.

    En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su período de precesión.

    En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea tomar el barómetro y golpear con el la puerta de la casa del portero. Cuando abra, decirle: "Señor portero, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo".

    En este momento de la conversación, le pregunte si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión marcada por un barómetro en dos lugares diferentes nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.

    El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nobel de física en 1922, mas conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuántica.

    Al margen del personaje, lo divertido y curioso de la anécdota, lo esencial de esta historia es que LE HABÍAN ENSEÑADO A PENSAR. Por cierto, para los escépticos, esta historia es absolutamente verídica

    Aprendamos a pensar, hay mil soluciones para un mismo problema, pero lo realmente interesante, lo auténticamente genial es elegir la solución más practica y rápida, de forma que podamos acabar con el problema de raíz...y dedicarnos a solucionar OTROS problemas.

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    COMPETENCIAS BÁSICAS EN SCRIBD

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    DOCUMENTO: ESTÁNDARES DE COMPETENCIAS TIC PARA DOCENTES -SEGÚN LA UNESCO-

    http://www.scribd.com/doc/2366265/Competencias-TIC-docentes-UNESCO

     

    ARTÍCULO REFLEXIÓN: Uno de cada cuatro profesores dedica el 30% de la clase a hacer callar o a tareas administrativas

    ARTÍCULO REFLEXIÓN: Uno de cada cuatro profesores dedica el 30% de la clase a hacer callar o a tareas administrativas

    ARTÍCULO PERIÓDICO  "EL PAIS"

    Debes leer los comentarios, son lo mejor.

    EDUCAR -RUBEM ALVES-

    REFLEXIÓN:

    EDUCAR

    “ Educar es mostrar la vida a quien aún no la ha vivido”. El educador dice: “¡Atento, apunta!” El alumno lee la dirección apuntada y ve lo que nunca vio. Su mundo se expande, se ve más rico interiormente...”  “ Y, sintiéndose más rico interiormente, puede sentir mayor alegría y compartir más alegría, que esa es la razón por la que vivimos.” “ He leído muchos libros sobre psicología de la educación, sociología de la educación, filosofía de la educación, pero, sigo buscando en cualquier libro referencias a la importancia de la educación.” “ La primera tarea de la educación es enseñar a ver”. “ Los niños a través de los ojos tienen el primer contacto con la belleza y fascinación del mundo...” “ Los ojos tienen que ser educados para que la alegría aumente.” “ La educación consta de dos partes: educación de las habilidades y educación de las sensibilidades” “ Sin la educación de las sensibilidades, todas las habilidades se tornan sin sentido.” “ Sin la educación de las habilidades, todas las sensibilidades se tornan sin sentido.” “ Los conocimientos nos dan medios para vivir; la sabiduría nos da razones para vivir.” “ Quiero enseñar a los niños. Aún tienen los ojos encantados. Sus ojos están dotados de aquella cualidad que, para los griegos, era el principio del pensamiento:... la capacidad de asombrarse al contemplar lo más simple.” “ Para los niños, todo es maravilloso: un huevo, una lombriz, una concha de caracol, o el vuelo de las mariposas, o los movimientos de las langostas, un cometa en el cielo, una peonza en la tierra . Cosas que los eruditos no ven.” “ En la escuela aprendí complicadas clasificaciones botánicas, taxonómicas, nombres latinos, ya olvidados; pero ningún profesor jamás llamó mi atención sobre la belleza de un árbol, ...o lo curioso de las simetrías que muestran sus hojas.” “ Parece que en aquel tiempo, las escuelas estaban más preocupadas por hacer que los alumnos memorizaran palabras que en comprender las realidades que ellas representan.” “ Las palabras sólo tienen sentido si nos ayudan a ver mejor el mundo. Aprendemos palabras para mejorar los ojos.” El acto de ver no es algo natural. Precisa ser aprendido. Hay muchas personas con visión perfecta que nada ven...  Cuando la gente abre los ojos, se abren las ventanas de su cuerpo, y el mundo aparece reflejado dentro de la gente.” “ Los niños, sin hablar, nos enseñan las razones para vivir. Los niños no tienen saberes que transmitir. Su encanto es conocer lo esencial de la vida.” “ Quien no cambia su manera adulta de ver y sentir y no se hace niño, jamás será sabio.”

     

    La diferencia entre alumnos y alumnas es más social que biológica

    La diferencia entre alumnos y alumnas es más social que biológica

    ARTICULO EL PAIS

    RECURSO DIDÁCTICO: MYSCRAPBOOK -LIBROS VIRTUALES-

    RECURSO DIDÁCTICO: MYSCRAPBOOK -LIBROS VIRTUALES-

    http://milibrovirtual.com/

    COMPETENCIAS BÁSICAS EN LA ESO

    http://www.ieslaloma.es/files/RD1631-2006EnsenanzasminimasESO.pdf

    CONOCER LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA

    http://www.uv.es/acces/PCsessions.htm

    ESTUDIOS Y TITULACIONES UNIVERSITARIAS -COMUNIDAD VALENCIANA-

    http://www.elorienta.com/iesdistrictemaritim/static.php?page=Universidad

    NOTAS DE CORTE ACCESO UNIVERSIDADES VALENCIANAS 2008/09

    http://www.preinscripcion.gva.es/docs/notas2008.pdf

    BAJAR EL ORIENTA 2008-09

    http://www.elorienta.com/iesdistrictemaritim/images/OrientaInternet.exe

    INFORMA´T GUIA DE ESTUDIOS

    http://www.quieroser.net/12/pdf/val.pdf

     

    CURRICULUM BACHILLERATO EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

    VER DOCUMENTO

    BORRADOR DE OPTATIVAS PARA EL BACHILLERATO EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

    VER DOCUMENTO

    FILOSOFIA Y CIUDADANIA EN LA COMUNIDAD VALENCIANA

    ENLACE FILOSOFILIA MUY INTERESANTE

    El dilluns 30 de març una comissió de professors de filosofia, d'Universitat i d'Ensenyament secundari, acompanyats pel degà de la Facultat de Filosofia i Ciències de l'educació de València, ens reunírem amb la Secretaria Autonòmica d'Educació, Concha Gómez, per tractar la situació a la nostra comunitat de la matèria Filosofia i ciutadania de primer de batxiller. Els punts concrets abordats a la reunió foren:
    - anàlisi dels factors o causes que han portat a la reducció de la càrrega lectiva d'aquesta matèria,
    - valoració dels efectes negatius d'aquesta reducció en la formació dels nostres alumnes,
    - proposta de diferents alternatives per tal de millorar la situació.
    La reunió transcorregué en un clima dialogant dins de la discrepància. La Secretaria Autonòmica va justificar la mesura de la reducció horària per les noves condicions establertes pel Ministeri en la LOE, que impossibiliten una càrrega lectiva superior per a la filosofia en primer curs. El nostre propòsit va ser fer-li veure que hi ha alternatives per millorar aquesta dotació horària dins de l'actual marc legal. En aquest sentit li lliuràrem un informe sobre la qüestió [pots descarregar-lo en el link de baix] on es detallen, justifiquen i valoren diferents alternatives. La Secretaria Autonòmica es va comprometre a llegir atentament el nostre informe i les nostres propostes, així com a contestar-nos al respecte.

    Accés directe al document via google docs (document on line i obert):

    http://docs.google.com/Doc?id=dnpg4xw_149dqf696ht

    ARTÍCULO-REFLEXIÓN: EDUCAR PARA LA CONFIANZA

    ARTÍCULO-REFLEXIÓN: EDUCAR PARA LA CONFIANZA

    Educar para la confianza

    Salvador Cardús i Ros. La Vanguardia 11-6-2008

    Una de las muchas expresiones del desconcierto educativo actual puede constatarse en la profunda desconfianza mutua que separa el mundo escolar de la sociedad en la que está inmerso. La escuela piensa mal de la sociedad, y esta juzga mal a la escuela. No sabría decir cuándo empezó tal distanciamiento, ni si es la primera vez que ocurre. Lo cierto es que costó muchísimo que la sociedad considerara la educación como algo tan fundamental como para aceptar su obligatoriedad, y luego para seguir extendiendo esta condición a niveles superiores e inferiores de edad y por igual a ambos géneros. Durante la primera mitad del siglo pasado, sólo algunas minorías creían en la educación, mientras la mayor parte de la población la consideraba como algo accesorio, que no hacía ningún mal, pero que quedaba relegada a cualquier otra urgencia familiar y social. Pero incluso no estando la educación entre las prioridades de las familias, tampoco no era objeto de graves desconfianzas.

    Y viceversa: la escuela podía sentirse incomprendida e incluso abandonada por las familias y la sociedad en general, pero por lo que conozco –soy consciente de mis limitaciones en este campo– no había perdido la esperanza en la capacidad de regeneración del mundo al que quería educar.

    Algo se rompió no sé exactamente cuándo, pero no hace tanto. Nunca como ahora se había tenido tan claro que la educación es el motor de la sociedad, pero nunca antes se habían fiado tan poco la una de la otra. Por una parte, el mundo escolar tiene en muy mala consideración la sociedad en la que debe educar. La sociedad, piensa, favorece el individualismo egoísta, es altamente competitiva, es consumista, violenta, favorece la desigualdad, es sexista... Pero nuestra sociedad no es solo esto. Y, en particular, todo ello no es consecuencia ni de una gran conspiración, ni lo es todo, todo el rato. Desde el otro punto de vista, desde fuera del mundo escolar, se cree que el sistema educativo no consigue hacer frente al fracaso escolar, que la escuela vive de espaldas a la

    excelencia, que es responsable del escaso espíritu emprendedor de nuestros alumnos, y otras lindezas del mismo estilo.

    Tampoco es una visión justa del sistema educativo. Todo ello es la simplificación de una realidad mucho más compleja. Vivimos unos tiempos contradictorios, donde el individualismo convive con la solidaridad, ciertas formas de agresividad se conjugan con una gran sensibilidad a la

    menor muestra de violencia o en la que la desigualdad se combate, por lo menos,

    con la misma fuerza con la que reaparece.

    Del mismo modo, el sistema educativo trabaja de manera ingente en contra de grandes  adversidades que no son de su responsabilidad, la escuela no sólo consigue resultados aceptables sino que sigue resolviendo desafíos como el de la cohesión social y, a pesar de todo, sigue dando

    al país buenos profesionales, algunos muy buenos, entre los que están bastantes de los que aseguran que la escuela fracasa...

    El problema de la desconfianza no se limita al mundo educativo, que va del jardín de infancia hasta la universidad. Afecta también a la vida política, a instituciones fundamentales como la policía o la justicia, a la credibilidad de los medios de comunicación y al mundo económico. Las  susceptibilidades son tan desmesuradas, que todos hemos aprendido a pensar en una perspectiva conspirativa, como si todas las desgracias fueran resultado de alguna voluntad malvada. Necesitamos a un culpable para justificar nuestra profundísima desconfianza en casi todo.

    Pero si este estado de espíritu es desastroso para el futuro del país, para la educación es letal. La relación entre educación y sociedad debe mantener una difícil tensión, imposible de sostenerla si no existen grandes dosis de confianza mutua. Efectivamente, la escuela educa para la sociedad,pero también para cambiarla. La educación está al servicio de la sociedad, pero este servicio no va a ser bueno si la institución educativa no sabe o no puede mantener un alto grado de independencia crítica.

    No hay buena crítica sin compromiso, ni buena acomodación al mundo que no busque el progreso social. Y esa tensión desaparece cuando falla la confianza mutua. No se puede educar contra la sociedad, ni la sociedad puede llegar a educarse si se pasa el tiempo acosando a sus instituciones

    educativas.

    Las consecuencias están a la vista. Los universitarios, atrapados en la demagogia que se cuece en la desconfianza, no se fían del proceso de Bolonia. Los sindicatos de profesores o las escuelas concertadas no se fían de las buenas intenciones reformadoras de la nueva ley de Educació. Muchas familias han convertido la sospecha en la actitud básica de relación con una escuela con la que no colaboran si no es para fiscalizarla y, si cabe, llevarla a los tribunales o al menos amenazarla con denunciarla. La administración exige que la escuela demuestre el exacto cumplimiento de normas caprichosas.

    Casi nadie se fía de nadie. La falta de confianza rompe la tensión dialéctica que debería existir entre agentes educativos y sociales, y la sociedad exige la sumisión de la educación a los caprichos del mercado, y no necesariamente del laboral. Habría que romper urgentemente este círculo en el que, ya no sólo desconfiamos de todo, no sólo educamos desde la desconfianza, sino que da la impresión de que estamos educando para la desconfianza, hasta con riesgo de dañar la confianza básica en la racionalidad como camino contra el relativismo y hacia la verdad. Sólo un gran gesto de ingenuidad confiada, por arriesgado que fuera, podrá conseguirlo.

    REFLEXIÓN: EL PROCESO DE BOLONIA

    http://www.eudebate2009.eu/spa/video/4/el-proceso-de-bolonia.html

    http://www.cafebabel.com/spa/article/28680/antibolonia-protesta-futuro-universidad-bolonia.html