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NIETZSCHE

DE LA MODERNIDAD A LA POSTMODERNIDAD

"EL SIGLO POSTMODERNO" Autor: Octavi Fullat
¿En qué consistió la modernidad?. La modernidad en su vigor y autosatisfacción abarca desde el s. XV hasta finales del siglo XIX. En su interior se desarrollan dos momentos: el Renacimiento, el cual constituye una memoria histórica que con su valor El Hombre revive la tradición grecorromana, y la Ilustración que con el valor de La Razón constituye una referencia al progreso. Tradición y progreso inyectan brío a la modernidad.
Europa va dejando de ser moderna y transita hacia la postmodernidad. Ha triunfado el capitalismo, el imperialismo, la tecnología planetaria, los antagonismo totalitarios –nazi y comunista-, la exterminación de masas –Shoah judía-, dos guerras mundiales; ha triunfado la cultura del consumismo, de la producción, del ocio, el reino de la técnica, la leyes del mercado mundial, el poder de los mass media sobre opiniones y modos de vida, el nihilismo de la voluntad de poder.. Han aparecido contrastes escandalosos: saciedad-pobreza, riqueza-miseria, sociedad civil-Estado, poder-violencia, progreso técnico-ecologismo...
La postmodernidad se ha implantado sosteniendo que no hay sentido de Europa, sino sentidos. La verdad acaba siendo únicamente el resultado de interpretación de interpretaciones. En lugar del pueblo encontramos las masas. En lugar del ciudadano aparece el consumidor y el usuario.
La noción fundamental es ahora la existencia, tomamos conciencia de nuestras vivencias, el hombre sale de sí mismo, se da cuenta por ejemplo de su enamoramiento, se apercibe de la diferencia entre el yo enamorado y el yo consciente de ello. El hombre proyecta superarse a sí mismo, se siente diferente.
La diferencia existencial es la diferencia de sí con relación a si. El hombre se preocupa de lo que puede y debe hacer de sí, se aventura en la intemperie existencial, nace la libertad de elección. Su sino es tener que hacerse. El existir es trágico.
¿Hacia dónde se dirige la flecha que dispararon los modernos? No hay progreso ya que se carece de remate y extremo. La idea de progreso ha dejado de orientar a la historia. Ya no resulta viable un proyecto de historia universal.
La postmodernidad ha llevado a cabo una crítica radical a la razón, el s. XX se desacralizó, el ser humano ha aprendido a componérselas solo en todas las cuestiones importantes sin recurrir a la hipótesis divina. Sin Dios todo funciona, como antes. Se abren las puertas a la violencia. A la entrada de Auschwitz los SS colocaron un letrero harto significativo para el caso decía: “Aquí no hay ningún porqué”.

COMENTARIOS AL TEXTO DE NIETZSCHE

Puedes consultar los comentarios al texto de Nietzsche en la siguiente dirección:
COMENTARIOS AL LIBRO "SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL"

“SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL”

COMENTARIOS LIBRO ED. DIÁLOGO
La fábula
Nietzsche inicia su narración a manera de fábula, mito o parábola. No es casualidad que proceda de este modo: a lo largo del texto nos va a hablar de la atracción que sienten los seres humanos hacia este tipo de relatos ya que, en ellos, el ser humano deja libertad de acción a su vertiente artística e identificándose con las historias contadas logra escapar, aunque sea circunstancialmente, al apretado corsé que la lengua y la ciencia han ido estableciendo en torno a su vida y al modo de captar la realidad.
Nietzsche nos impresiona por la contundencia de las imágenes, de modo que llega a recordarnos la película “2001: Una odisea en el espacio”.

“En algún apartado rincón del universo, desperdigado en innumerables sistemas solares centelleantes, hubo una vez un astro en el que animales astutos inventaron el conocer. Fue el minuto más soberbio y más mentiroso de la «historia universal»: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Después de respirar la naturaleza unas pocas veces, el astro se entumeció y los animales astutos tuvieron que perecer.”
Ilustración de lo caduco, inútil y arbitrario del intelecto
Esta fábula no llega a ilustrar (pintar, representar, y dar a conocer) el poco valor que tiene el intelecto humano en la naturaleza. Nietzsche actúa desde la ironía, hablando de un supuesto mundo en el que ciertos animales inventaron el conocimiento, y se creyeron algo especial. Pero el tiempo terminó por demostrar la falsedad de sus pretensiones porque, igual que el resto de los seres vivos, también ellos acabaron por desaparecer. No fueron más que una mota de polvo en la presencia eterna del universo, el cual ya existía antes de que ellos estuvieran presentes y continuará existiendo sin necesidad de su presencia.

“Alguien podría inventar una fábula como ésta y, sin embargo, no habría ilustrado suficientemente cuán lamentable, cuán sombrío y caduco, cuán inútil y arbitrario es el aspecto que tiene el intelecto humano dentro de la naturaleza; hubo eternidades en las que no existió; cuando de nuevo se haya acabado, no habrá sucedido nada.”
Por qué.
Mediante esta breve narración Nietzsche pretende hacernos entender que aquello de lo cual los seres humanos nos sentimos tan orgullosos, nuestra inteligencia (que nos sirve para definirnos frente a los demás seres vivos colocándonos en un falso plano de superioridad), es en realidad algo que está basado en una falsa creencia. El conocimiento no es más que un invento nuestro, el intelecto humano carece de cualquier misión, ni destino, ni progreso, ni evolución de una especie superior.

“Pues no hay para ese intelecto ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la vida humana. No es sino humano y solamente su poseedor y progenitor lo toma tan patéticamente como si en él se moviesen los goznes del mundo.”
Consecuencia
El hombre se cree un ser especial dentro del cosmos por poseer la capacidad de raciocinio. Cae, así, en un completo antropocentrismo que le hace creerse el centro de todo. Pero, como dice Nietzsche, si pudiéramos hablar con un mosquito veríamos que también posee el mismo sentimiento (el mismo pathos) y que en su peculiar visión del universo también se considera a sí mismo como el eje principal del cual gira todo.

“Pero si pudiéramos comunicamos con un mosquito llegaríamos a saber que también navega por el aire con ese pathos y siente que en él se halla el centro volante de este mundo. No hay nada en la naturaleza, por despreciable e insignificante que sea, que no se hinche inmediatamente como una bota con un mínimo soplo de aquella fuerza del conocimiento; “
El filósofo.
Del mismo modo que gusta cualquiera de ser admirado, el filósofo (ideal de racionalidad –Hegel-) está convencido en creer que su trabajo es el centro del universo.

“y del mismo modo que cualquier mozo de cuerda quiere tener sus admiradores, el más orgulloso de los hombres, el filósofo, es totalmente de la opinión de que, desde todas partes, los ojos del universo están dirigidos telescópicamente a sus obras y a sus pensamientos.”

Párrafo 2
El intelecto
El conocimiento es el recurso que utiliza el ser más débil de la naturaleza (el ser humano) para subsistir. Mediante su posesión dicho ser acaba considerándose a sí mismo como algo especial, se hincha de soberbia y mira con aire compasivo y superior a aquellos otros seres vivos tan infelices que no han logrado escapar del pozo de los instintos que le aprisionan y condicionan.
Como curiosidad cabría citar la referencia que hace Nietzsche al hijo de Lessing, muestra del peculiar carácter y extraño sentido del humor que posee nuestro autor. Lessing fue un literato alemán cuyo hijo murió al día siguiente de nacer. De ahí que nos diga que huyó tan rapidamente de la existencia.

“Es curioso que esto lo haga el intelecto, que precisamente ha sido añadido a los seres más desdichados, delicados y efímeros sólo como un recurso para retenerlos un minuto en la existencia; de la cual, por el contrario, sin ese añadido tendrían todos los motivos para huir tan rápidamente como el hijo de Lessing.”
La soberbia
La inteligencia y el conocimiento de los que estamos tan orgullosos, son los causantes de la engañosa concepción que tenemos de la vida, de la falsa imagen que nos hemos creado de ella.

“Esa soberbia, unida al conocimiento y a la sensación, al poner niebla cegadora sobre los ojos y los sentidos de los hombres, los engaña sobre el valor de la existencia, pues lleva en ella la más aduladora valoración sobre el conocimiento mismo. Su efecto más general es el engaño - aunque también los efectos más particulares llevan consigo algo de idéntico carácter.”

TRANSFIGURACIÓN DE CRISTO -NIETZSCHE-

TRANSFIGURACIÓN DE CRISTO -NIETZSCHE- Nietzsche nos obliga a replantearnos nuestro propio pensamiento, y nos avisa que cada uno alcanza la verdad que es capaz de soportar. Leer a Nietzsche hoy es a veces un plato demasiado fuerte para estómagos que buscan una realidad suave, blanda, light. Nietzsche nos obliga a pensar en lo que no queremos pensar.
La Transfiguración de Cristo, le sirve a Nietzsche para entretejer y ordenar en un emblema único los diferentes elementos que se aliaron primero de forma germinal en la lírica de Arquíloco y, luego, en el inestable y fugaz equilibrio de la tragedia ática. «Ante nuestras miradas», dice, «tenemos [ahí] (...) tanto aquel mundo apolíneo de la belleza como su substrato, la horrorosa sabiduría, de Sileno, y comprendemos por intuición su necesidad recíproca». En la obra de Rafael, la parte superior, luminosa y de figuras bien definidas, corresponde al pasaje de los Evangelios que le da título. La figura de Jesús se eleva de entre cuerpos durmientes: «Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño» (Lc., 9, 32). Apolo es apariencia y representación; copia, como lo son los sueños y las palabras, de la realidad de la vigilia, algo que por sí mismo tampoco es original. En la parte inferior del lienzo, en la que el trabajo de sfumatto anuncia el tenebrismo de Caravaggio, los discípulos de Cristo, convertidos en un coro de sátiros barbudos, se agitan angustiados ante la imagen de un niño endemoniado, el Niño-Dioniso, por cuyo gesto el trazo claro de la escena superior se transfigura en delirio que rompe y succiona los perfiles y elimina lo finito e individual. Así, Dioniso es también apariencia, «reflejo del eterno dolor primordial». Sin embargo, por ser Dioniso divinidad de la música, materia artística asemántica y tradicionalmente mal encajada en la categoría de la mímesis, resulta mejor y aún más nietzscheano simplificar el juego de espejos y signos. El arte del sonido, identificable por completo con el alma dionisíaca, es por sí mismo «el eterno dolor primordial, fundamento único del mundo»; «la contradicción eterna, madre de las cosas»

CUESTIONES RESUELTAS RELACIONADAS CON NIETZSCHE

CUESTIONES RESUELTAS RELACIONADAS CON NIETZSCHE 1.- ¿Qué indica el título del texto de Nietzsche "Sobre Verdad y mentira en sentido extramoral"?
En este texto no se analiza la verdad ni la mentira desde el punto de vista de la moral, puesto que la verdad moral se decide dentro del marco de la visión del mundo que crea el intelecto humano, y lo que el texto estudia es precisamente la función que el intelecto desempeña en el conjunto del mundo. Surgen así nociones como las de verdad y mentira, consideradas en un plano previo, más básico y general que el de la moral.
2.- ¿Cómo entender la postura de Nietzsche?
Desde su postura de afirmación de la vida concreta e individual de cada uno, con sus intenciones y sus propias perspectivas, frente a las generalizaciones de los teóricos, que acaban enmascarando la realidad con sus creaciones exactas y unívocas. Desde este punto de vista, hay que entender cómo el lenguaje, la ciencia y los conceptos se usan para eliminar el contacto originario y directo que el hombre debe tener con su propia realidad.
3.- ¿Cómo considera al hombre Nietzsche?
Como un ser que tiene que ir conquistando y ganando su propia existencia, que debe ir superándose en un camino que lo une, por detrás, al animal y, por delante, al superhombre. Es un ser sujeto al tiempo, que no puede prescindir de su pasado, pero que tiene que crear su futuro a través de su propio proyecto. El hombre debe amar la vida y debe, por así decirlo, tener cada vez más vida, huyendo de todo lo que mate la vida.
4.- ¿Cómo plantea el problema del conocimiento?
Por medio de una fábula irónica y cruel, plantea el problema del conocimiento. El conocimiento, el intelecto humano, son frutos de la soberbia y de la mentira del hombre. Su acción y sus efectos son inútiles, deplorables e intrascendentes, puesto que no conducen al hombre a nada que esté más allá de la propia vida. El intelecto llena de vanidad al que lo pone en ejercicio haciéndole creer que sus propios conocimientos ocupan el centro del mundo.
El principal efecto del intelecto es el de engañar al hombre, "al poner niebla cegadora sobre sus ojos y los sentidos de los hombres". Sin embargo, el hombre usa el intelecto como recurso para mantenerse en la existencia, para poder vivir.
Vivir la vida es difícil. Desarrollar la existencia sumido en el riesgo, en la inseguridad y en la permanente actitud de creación no es apetecible para los que son débiles. Por eso echan mano del intelecto para que éste, mediante la creación de ficciones y mentiras, les haga más llevadera la existencia. La función del intelecto es la de estar al servicio de la voluntad de vivir, seduciendo al hombre con mentiras que faciliten su lucha por seguir existiendo.
El intelecto no es el instrumento más adecuado para conocer la realidad, no puede penetrar en la verdadera realidad de las cosas y, sin embargo, éste se empeña en conocerla. Pero sólo admite los conocimientos que le son útiles para poder vivir. ¿Qué pasaría si alguna vez el hombre conociese que "el ser humano descansa sobre lo despiadado, lo codicioso, lo insaciable y lo asesino?
5.- ¿Qué pasaría si el hombre quisiera vivir su propia realidad de una forma natural?
Entonces, no tendría que usar el intelecto más que para la ficción, para inventar. Pero el hombre no quiere vivir de una forma natural, sino de una manera social y gregaria, esto es, sumergido en la masa y dejándose arrastrar por ella. En la sociedad, donde se da la lucha de todos contra todos, se hace necesario un pacto, una especie de contrato social, un "tratado de paz" que permite al hombre vivir. De este tratado de paz surgirá un impulso hacia una verdad con unas características muy peculiares En efecto, lo que el intelecto humano hace es fijar lo que debe ser la verdad. Se inventa entonces una significación de las cosas -las palabras- que pretende que sea válida y obligatoria para todos. Y esto se hace a través del lenguaje.

RESUMEN LIBRO DE NIETZSCHE: SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL

RESUMEN LIBRO DE NIETZSCHE: SOBRE VERDAD Y MENTIRA  EN SENTIDO EXTRAMORAL PRIMERA SECCIÓN
EL INTELECTO Y LA NATURALEZA
El texto comienza con una crítica al intelectualismo, al conciencialismo, y lo hace con un fondo biológico que viene a decir que tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer.
Dentro de la naturaleza el intelecto nos lo muestra Nietzsche como estéril y arbitrario. Hoy existe, mañana no, y no habrá sucedido nada. Para el intelecto no hay nada más allá de la vida humana. Si nos comunicaremos con una mosca, también ella se siente el centro volante de este mundo.
Todos quieren un admirador, y el filósofo cree que desde todas partes, los ojos del universo tienen puesta la mirada en sus obras y pensamientos.
El intelecto ha sido el recurso de los seres más infelices y efímeros. Los hombres se engañan, tienen una niebla cegadora colocada sobre los ojos y adulan el conocimiento.
El intelecto, desarrolla sus fuerzas fingiendo. Así sobreviven los individuos débiles y poco robustos puesto que carecen de cuernos o''de afilada dentadura.
Es el engaño de la adulación, la mentira, el fraude, la murmuración, la farsa, el vivir del brillo ajeno, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, la escenificación ante los demás. Todos se encuentran sumergidos en ilusiones y ensueños. El hombre se deja engañar por la noche en el sueño. ¿Qué sabe el hombre de sí mismo! ¿Sería capaz de verse él mismo en una vitrina iluminada! ¿No está enredado en una conciencia soberbia e ilusa? ¿No descansa el hombre sobre la crueldad, codicia, insaciabilidad, asesinato, indiferencia de su ignorancia?.
LA VERDAD Y EL INTELECTO
El hombre utiliza el intelecto para fingir, si vive en sociedad es por necesidad, y precisa de un tratado de paz, que es el primer paso hacia la verdad. Se fija lo que ha de ser verdad. Se ha inventado una designación a las cosas válida y obligatoria.
Abusa de las convenciones consolidadas. Si el hombre manifestase interés lo expulsarían, y el hombre gusta de ser engañado, de ser perjudicado con el engaño. La verdad no la desea pura sino en estado limitado, el conocimiento puro le es indiferente.
Al final las verdades se poseen como ilusiones y las ilusiones como verdades. Gusta de mantenerse en vida y es hostil a verdades susceptibles de efectos perjudiciales o destructivas. Gusta del olvido.
EL LENGUAJE Y LA VERDAD
¿Podemos captar la realidad por el lenguaje'? ¿,No es el lenguaje una mera convención, una falsedad? ¿Qué es una palabra? La respuesta podría ser un sonido fruto de un impulso nervioso. Por qué extrapolamos a realidades desde el lenguaje. ¿Podemos llegar con el lenguaje a la verdad'!. Jamás, la verdad pura es totalmente inconcebible para el creador del lenguaje.
Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores, nieve y flores y, no poseemos más que metáforas de las cosas que no corresponden en absoluto a las esencias primitivas.
Todo el material sobre el que, y a partir del cual, trabaja y construye el hombre la verdad, el investigador y el filósofo, procede si no de las nubes, en ningún caso de la esencia de las cosas.
EL CONCEPTO
¿Cómo se forman los conceptos?
Toda palabra se convierte en concepto en tanto que no ha de servir para la experiencia singular e individualizada a la que debe su origen, debe encajar con innumerables experiencias, más o menos similares. Del mismo modo que una hoja no es igual a otra, el concepto hoja se ha formado al abandonar de manera arbitraria esas diferencias individuales, al olvidar las notas distintivas, y se suscita la representación, como si en la naturaleza existiese una especie de arquetipo primigenio a partir del cual todas las hojas habrían sido tejidas, diseñadas, calibradas, coloreadas, onduladas, pintadas, pero por manos torpes que ninguna resultase copia fiel del arquetipo. Y se afirma la hoja es la causa de las hojas. Hemos olvidado las desemejanzas y hablamos de la honestidad de una cualidad oculta. Omitimos lo individual.
Pero la naturaleza no conoce conceptos, ni géneros, ni formas.
LA VERDAD
¿Qué es la verdad? Una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones que se ha olvidado que lo son.
¿De dónde procede el impulso hacia la verdad? Solo hemos prestado atención, al compromiso de mentir de acuerdo con una convención, mentir borregilmente. El hombre se olvida, miente inconscientemente, y se adquiere el sentimiento de verdad. El hombre se demuestra a sí mismo lo honesto, lo fiable y lo provechoso de la verdad. El hombre no tolera impresiones repentinas y si conceptos más descoloridos, fríos, para uncirlos al carro de su vida y acción.
DIFERENCIA HOMBRE / ANIMAL
Todo lo que eleva al hombre por encima del animal depende de la capacidad de disolver una figura en un concepto. Se construye un orden piramidal por castas y grados, se instituyen las leyes, privilegios, subordinaciones.
El gran edificio de conceptos ostenta la rígida regularidad, la lógica del rigor y la frialdad de las matemáticas. Los conceptos se denominan verdad, cada pueblo tiene su cielo conceptual, matemáticamente repartido.
EL HOMBRE PODEROSO GENIO CONSTRUCTOR
El hombre acierta a levantar sobre cimientos inestables, una catedral de conceptos infinitamente compleja. Es un edificio hecho lo suficientemente firme para no desintegrarse ante cualquier soplo de viento. El hombre se eleva por encima de la abeja, ésta construye con la cera que recoge de la naturaleza; el hombre con los conceptos que se fabrica él mismo. (Del hombre dice Nietzsche que si alguien esconde una cosa detrás de un matorral, a continuación la busca al mismo sitio, y además la encuentra. No hay mucho para vanagloriarse). Esto es lo que sucede con la búsqueda y descubrimiento de la verdad.
EL HOMBRE SE CONSIDERA MEDIDA DE TODAS LAS COSAS
Del mismo modo que un astrólogo consideraba las estrellas al servicio de los hombres y en conexión con su felicidad y su desgracia, así también un investigador tal considera que el mundo en su totalidad está ligado a los hombres. Olvida que las metáforas intuitivas originales solo son metáforas.
EL OLVIDO DEL HOMBRE
Gracias al olvido de esta masa de imágenes que surgen de la fantasía humana, mediante la invencible creencia de que esta ventana, este sol o esta mesa son una verdad en sí. Vive el hombre con cierta calma, seguridad y consecuencia; si pudiera salir aunque fuese un solo momento de los muros de esa creencia, se terminaría en el acto su conciencia de sí mismo. Le cuesta trabajo reconocer que el insecto o el pájaro perciben otro mundo completamente diferente al del hombre y que la cuestión de cuál de las dos percepciones del mundo es correcta carece de sentido. Para decidir sobre ello tendríamos que poseer una medida que no se dispone. Pero los sueños eternamente repetidos son percibidos y juzgados como algo absolutamente real.
¿QUÉ ES PARA NOSOTROS UNA LEY DE LA NATURALEZA?
Solo la conocemos por sus efectos, en sus relaciones con otras leyes de la naturaleza, que sólo nos son conocidas como sumas de relaciones. Esas relaciones no hacen más que remitir continuamente unas a otras y nos resultan incomprensibles en su esencia; sólo conocemos de ellas lo que nosotros aportamos: el tiempo, el espacio, las relaciones de sucesión y los números. Lo que nos asombra de las leyes y reclama nuestra explicación , reside en el rigor matemático y en la inviolabilidad de las representaciones del espacio y del tiempo.
Toda la regularidad de las órbitas de los astros y de los procesos químicos, coincide con las propiedades que nosotros introducimos en las cosas, y así nos infundimos respeto a nosotros mismos. Este edificio es una imitación, sobre la base de metáforas, de las relaciones de espacio, tiempo y número.

SEGUNDA SECCION
En la sección primera hemos visto el papel del lenguaje en la construcción de conceptos y posteriormente en la ciencia. Hemos visto como la abeja construye las celdas y como la ciencia construye los conceptos, el mundo antropomórfico.
Si un hombre normal ata su vida a la razón y a los conceptos, el investigador construye su choza junto a la torre de la ciencia para encontrar protección.
Además de la ciencia en la construcción de metáforas, hay otro cauce, otra actividad el arte. En el arte se confunden las extrapolaciones, metáforas, es un afán por configurar el mundo existente del hombre despierto, haciéndolo irregular, inconsecuente, nuevo como el mundo de los sueños.
INTELECTO. CIENCIA Y ARTE. HOMBRE RACIONAL E INTUITIVO.
El hombre tiene una invencible inclinación a dejarse engañar, el intelecto gusta de sentirse libre cuando puede engañar sin causar daño. Poseído de placer arroja las metáforas sin orden alguno. Ya no es servidumbre, se ha convertido en señor, se ha liberado el intelecto y juega con sus obras de arte. Ya no se guía por conceptos sino por intuiciones.
Tanto el hombre racional como el intuitivo ansían dominar la vida: el hombre racional afrontando las necesidades más imperiosas mediante previsión, prudencia y regularidad. El hombre intuitivo tomando como real solo la vida disfrazada de apariencia y belleza. En la Antigua Grecia, el hombre primitivo manejo sus armas de modo potente y victorioso y estableció el dominio del arte sobre la vida, un flujo constante de claridad, animación y liberación. El hombre guiado por conceptos solo conjura desgracias, de las abstracciones no extrae ninguna felicidad.
El hombre intuitivo sufre más que el racional, y lo hace más a menudo porque no sabe aprender de la experiencia, es tan irracional en el sufrimiento como en la felicidad.

MENTIR BORREGUILMENTE

Nietzsche en el texto “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”, diferencia entre un mentir consciente y otro inconsciente. La persona que no sabe ella misma que está mintiendo, consigue mentir sin mover un músculo de la cara. Convencido de poseer la razón convierte toda cuestión en asunto personal, y confunde su palabra con la realidad. Nos encontramos ante un mentir borreguil.
Quien sabe perfectamente que nos engaña, a sabiendas, dependerá de su arte de mentir de su astucia e ingenio. Su reacción suele ser mostrar una cara de palo, no dar un paso atrás, intentar convencer con enojo, irritación e impaciencia. Y cómo no, implicar a otras personas con la mentira –en perfecta sintonía y coordinación- o trasladar la culpabilidad hacia otros –sin escrúpulos-.
Para Nietzsche, el embuste pertenece a la misma miseria de la condición humana, la mentira circula como la misma vida, y reconocer si estamos ante una mentira u otra, no es tarea fácil. Asistimos a demasiados actos de cinismo y cobardía moral, nos acostumbramos a mentir y a no tener vergüenza de hacerlo. Es una pena, que muchos niños para evitar el reproche o el castigo, aprendan antes a mentir que a decir la verdad. Incluso, ahora recuerdo un juego de dados que se llama el mentiroso. El primer jugador los lanza y mira su jugada oculta bajo el cubilete. A continuación dice: "tengo una pareja de ases" o "tengo un trío de reyes" o "tengo un póquer de rojos". Lo que dice puede ser verdad o mentira, y el segundo jugador puede creérselo o no. Si se lo cree está obligado a superarlo, sea verdad o mentira. Si no se lo cree, el primer jugador debe alzar el cubilete y descubrir los dados. Si es verdad, pierde el incrédulo; si es mentira, deja de jugar el mentiroso. Es una pena que el mentir forme parte de tantos juegos en nuestra vida, consciente o inconscientemente.