PÁRRAFO 7.- COMPENDIO DE UN LIBRO PUBLICADO RECIENTEMENTE TITULADO UN TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA
PÁRRAFO 7.- PRINCIPIO DEL EMPIRISMO. A TODA IDEA HAY QUE HALLARLE SU IMPRESIÓN
TEXTO
Nuestro autor piensa,«que ningún descubrimiento podría haberse hecho más felizmente para decidir todas las controversias relativas a las ideas que éste: que las impresiones son siempre los precedentes de ellas, y que toda idea con que sea equipada la imaginación, hace primeramente su aparición en una correspondiente impresión. Estas últimas percepciones son todas tan claras y evidentes, que no admiten controversia; si bien muchas de nuestras ideas son tan oscuras, que es casi imposible incluso para la mente, que las forma, decir exactamente su naturaleza y composición». De acuerdo con ello, cuando una idea es ambigua, nuestro autor apela siempre al recurso a la impresión, que ha de tornarla clara y precisa. Y cuando sospecha que un término filosófico no tiene idea alguna aneja a él (como es harto común) pregunta siempre ¿de qué impresión se deriva esta idea? Y si no puede aducir impresión alguna, concluye que el término carece de significado. De esta manera es como examina nuestra idea de sustancia y esencia; y sería de desear que este riguroso método fuera más practicado en todos los debates filosóficos.
TEXTO ORIGINAL
Our author thinks, that no discovery could have been made more happily for deciding all controversies concerning ideas than this, that impressions always take the precedency of them, and that every idea with which the imagination is furnished first makes its appearance in a correspondent impression. These latter perceptions are all so clear and evident that they admit of no controversy; though many of our ideas are so obscure that it is almost impossible, even for the mind which forms them, to tell exactly their nature and composition. Accordingly, wherever any idea is ambiguous, he has always recourse to the impression, which must render it clear and precise. And when he suspects that any philosophical term has no idea annexed to it (as is too common) he always asks from what impression that idea is derived? And if no impression can he produced, he concludes that the term is altogether insignificant. It is after this manner he examines our idea of substance and essence; and it were to be wished that this rigorous method were more practised in all philosophical debates.
COMENTARIOS PÁRRAFO 7
Las impresiones siempre son anteriores a las ideas y cada idea de la imaginación tiene primero su aparición en una impresión correspondiente. No ocurre lo mismo con las ideas, que ni la misma mente puede a veces precisar su origen y naturaleza.
Ante cualquier duda sobre algún término hay que preguntarse por su impresión correspondiente y si no se la puede hallar, entonces tal idea se puede desechar por carecer de significado.
No se dice que sea verdadera o falsa sino sin significado, algo sin sentido, que para nada sirve. Con este criterio se analizan las ideas de sustancia y esencia.
Las posibilidades del conocimiento dependen directa¬mente de su origen y sus límites. Su origen es la experiencia, y sus límites, no van más allá de lo que la experiencia pueda ofrecernos; e incluso ni siquiera eso, dado que las ideas tampoco son un correlato perfecto de la experiencia más inmediata conocida a través de las impresiones. Así pues, la razón que es esclava de los sentidos y de las pasiones debe renunciar a sus pretensiones de conocimiento cuando pretenden ir más allá de lo directamente percibido. Y debe reconocer en consecuencia la imposibilidad de cualquier dogmatismo racional. Bajo este planteamiento Hume confiesa sin ambages:
"Por todo lo que se ha dicho hasta ahora, el lector advertirá fácilmente que la filosofía que se contiene en este libro es muy escéptica y está dirigida a darnos una noción de las imperfecciones y los estrechos límites del entendimiento humano"
EJERCICIO SELECTIVIDAD JUNIO 1998
TEXTO: Párrafo 7
CUESTIONES:
1) Explica el concepto de percepción según el texto
2) Explica el argumento por el que Hume propone un riguroso método para los debates filosóficos
REDACCIÓN: Empirismo, ciencia e Ilustración
ACLARACIONES: LA PRIORIDAD DE LAS IMPRESIONES SOBRE LAS IDEAS Y LA FORMULACIÓN DEL CRITERIO EMPIRISTA DE SIGNIFICADO
Como este criterio de significación es formulado por Hume dentro de «teoría de las ideas», que elabora en dependencia respecto de la tradición lockeana, será indispensable, para comprenderlo, partir de las nociones básicas de la teoría de Hume acerca de los elementos básicos del conocimiento: impresiones e ideas.
Hume comienza su teoría de las ideas dividiendo todas las percepciones de la mente humana, todo lo que se presenta a la conciencia, en impresiones e ideas, las cuales se diferencian en primera instancia por el grado de fuerza y vivacidad de su presencia ante la mente; la distinción entre impresiones e ideas se corresponde aproximadamente con la existente entre sentir y pensar. Dice Hume:
«Todas las percepciones de la mente humana se reducen a dos clases distintas, que denominaré IMPRESIONES e IDEAS. La diferencia entre ambas consiste en los grados de fuerza y vivacidad con que inciden sobre la mente y se abren camino en nuestro pensamiento o conciencia. A las percepciones que entran con mayor fuerza y violencia las podemos denominar impresiones; e incluyo bajo este nombre todas nuestras sensaciones, pasiones y emociones tal como hacen su primera aparición en el alma. Por ideas entiendo las imágenes débiles de las impresiones, cuando pensamos y razonamos.»
Como hemos visto, a aquellas percepciones que se presen¬tan ante la mente humana con mayor fuerza y violencia podemos denominarlas impresiones.
Estas impresiones pueden dividirse en dos clases: impresiones de sensación e impresiones de reflexión (pasiones y emociones)."
Por ideas, en cambio, entiende Hume -como también hemos visto- las percepciones más débiles o imágenes de las impresiones en el pensamiento y en el razonamiento.
En principio, parece que impresiones e ideas forman dos conjuntos en los que se corresponde un elemento de uno con uno del otro. Pero esto es así sólo en apariencia, porque hay que tener en cuenta la distinción entre percepciones (impresiones e ideas) simples y complejas, es decir, entre aquellas que no son distinguibles, analizables ni separables (la idea de «rojo», por ejemplo) y las que sí lo son (la de «auto-móvil»): «Las percepciones simples (impresiones o ideas) son tales que no admiten distinción ni separación. Las complejas son lo contrario que éstas, y pueden dividirse en partes.»"
La correspondencia general entre impresiones e ideas presenta el problema de que hay ideas que no se corresponden con impresiones e impresiones complejas que no son copia¬das exactamente por ideas. Esa es la razón de que Hume, en un principio, sólo pueda afirmar la correspondencia entre impresiones e ideas simples.
Una vez establecida la correspondencia, Hume intentará establecer -como era de esperar en una filosofía empirista el punto central de toda su teoría del conocimiento: la prioridad de las impresiones simples frente a las ideas simples, aunque luego tratará de hacer extensiva esta tesis a todas las ideas.
Hume prueba dicha prioridad aludiendo a una serie de fenómenos en los que se observa una conjunción constante entre impresiones e ideas, en las que las impresiones ocupan el primer lugar." Los ejemplos-prueba que aduce Hume en favor de la prioridad de las impresiones frente a las ideas son los siguientes:
A. Para aprender el uso de un término referido a una sensación («rojo», por ejemplo) no podemos recurrir a una definición conceptual sino ostensiva (mostrar un ejemplo o varios del color rojo).
B. No podemos generar una impresión pensando simplemente en ella, es decir, a través de su idea.
C. Cuando falta algún sentido no tenemos ideas referidas a las sensaciones de ese sentido y, por tanto, tampoco pode¬mos utilizar correctamente los términos referidos a ellas (un ciego no sabe utilizar con perfección el lenguaje visual).
Además, no basta sólo con poseer la facultad correspondiente, sino que es necesario para tener la idea haberla aplicado a la correspondiente sensación.
Todos estos fenómenos parecen apoyar la prioridad de las impresiones simples respecto de las ideas también simples. Pero Hume tiene también que mostrar que esa prioridad se da entre las impresiones e ideas complejas.
Ahora bien, como Hume concibe atomísticamente las ideas e impresiones complejas como simple suma de ideas e impresiones simples y particulares, y las ideas secundarias o «ideas de ideas» -las que componen nuestros razonamientos sobre ideas primarias- remiten también por medio de las ideas primarias a las correspondientes impresiones, se podrá afirmar con carácter general lo que Hume llama «el primer principio de la ciencia de la naturaleza humana»: «Las ideas están precedidas por otras percepciones más vivaces de las que derivan y a las que representan.»
Una vez establecida la prioridad de las impresiones respecto a las ideas Hume tratará de establecer la derivación de éstas a partir de aquéllas y el modo en que se produce tal derivación. De aquí extraerá lo que se denomina «principio de derivación de las ideas a partir de las impresiones», lo que constituye un mero corolario del de prioridad, que es el verdaderamente importante:
«todas nuestras ideas simples, en su primera aparición, derivan de impresiones simples, que se corresponden con ellas y a las que representan exactamente.»
En resumen, las ideas fundamentales de Hume acerca de las relaciones entre impresiones e ideas son:
A. Existe una correspondencia -como hemos dicho ya entre la mayoría de impresiones e ideas. Además, incluso en el caso de que tal correspondencia no se diese, las impresiones . seguirían siendo los materiales de que se componen las ideas.
B. Como consecuencia de lo anterior, Hume podrá afirmar que la existencia de cualquier idea exige de hecho -aunque no lógicamente- la existencia de una impresión anterior con la que se corresponde o a partir de la cual está formada. Por tanto, las ideas representan o remiten a unas impresiones precedentes, e incluso en algunos casos esto sucede de modo exacto."
TEXTO
Nuestro autor piensa,«que ningún descubrimiento podría haberse hecho más felizmente para decidir todas las controversias relativas a las ideas que éste: que las impresiones son siempre los precedentes de ellas, y que toda idea con que sea equipada la imaginación, hace primeramente su aparición en una correspondiente impresión. Estas últimas percepciones son todas tan claras y evidentes, que no admiten controversia; si bien muchas de nuestras ideas son tan oscuras, que es casi imposible incluso para la mente, que las forma, decir exactamente su naturaleza y composición». De acuerdo con ello, cuando una idea es ambigua, nuestro autor apela siempre al recurso a la impresión, que ha de tornarla clara y precisa. Y cuando sospecha que un término filosófico no tiene idea alguna aneja a él (como es harto común) pregunta siempre ¿de qué impresión se deriva esta idea? Y si no puede aducir impresión alguna, concluye que el término carece de significado. De esta manera es como examina nuestra idea de sustancia y esencia; y sería de desear que este riguroso método fuera más practicado en todos los debates filosóficos.
TEXTO ORIGINAL
Our author thinks, that no discovery could have been made more happily for deciding all controversies concerning ideas than this, that impressions always take the precedency of them, and that every idea with which the imagination is furnished first makes its appearance in a correspondent impression. These latter perceptions are all so clear and evident that they admit of no controversy; though many of our ideas are so obscure that it is almost impossible, even for the mind which forms them, to tell exactly their nature and composition. Accordingly, wherever any idea is ambiguous, he has always recourse to the impression, which must render it clear and precise. And when he suspects that any philosophical term has no idea annexed to it (as is too common) he always asks from what impression that idea is derived? And if no impression can he produced, he concludes that the term is altogether insignificant. It is after this manner he examines our idea of substance and essence; and it were to be wished that this rigorous method were more practised in all philosophical debates.
COMENTARIOS PÁRRAFO 7
Las impresiones siempre son anteriores a las ideas y cada idea de la imaginación tiene primero su aparición en una impresión correspondiente. No ocurre lo mismo con las ideas, que ni la misma mente puede a veces precisar su origen y naturaleza.
Ante cualquier duda sobre algún término hay que preguntarse por su impresión correspondiente y si no se la puede hallar, entonces tal idea se puede desechar por carecer de significado.
No se dice que sea verdadera o falsa sino sin significado, algo sin sentido, que para nada sirve. Con este criterio se analizan las ideas de sustancia y esencia.
Las posibilidades del conocimiento dependen directa¬mente de su origen y sus límites. Su origen es la experiencia, y sus límites, no van más allá de lo que la experiencia pueda ofrecernos; e incluso ni siquiera eso, dado que las ideas tampoco son un correlato perfecto de la experiencia más inmediata conocida a través de las impresiones. Así pues, la razón que es esclava de los sentidos y de las pasiones debe renunciar a sus pretensiones de conocimiento cuando pretenden ir más allá de lo directamente percibido. Y debe reconocer en consecuencia la imposibilidad de cualquier dogmatismo racional. Bajo este planteamiento Hume confiesa sin ambages:
"Por todo lo que se ha dicho hasta ahora, el lector advertirá fácilmente que la filosofía que se contiene en este libro es muy escéptica y está dirigida a darnos una noción de las imperfecciones y los estrechos límites del entendimiento humano"
EJERCICIO SELECTIVIDAD JUNIO 1998
TEXTO: Párrafo 7
CUESTIONES:
1) Explica el concepto de percepción según el texto
2) Explica el argumento por el que Hume propone un riguroso método para los debates filosóficos
REDACCIÓN: Empirismo, ciencia e Ilustración
ACLARACIONES: LA PRIORIDAD DE LAS IMPRESIONES SOBRE LAS IDEAS Y LA FORMULACIÓN DEL CRITERIO EMPIRISTA DE SIGNIFICADO
Como este criterio de significación es formulado por Hume dentro de «teoría de las ideas», que elabora en dependencia respecto de la tradición lockeana, será indispensable, para comprenderlo, partir de las nociones básicas de la teoría de Hume acerca de los elementos básicos del conocimiento: impresiones e ideas.
Hume comienza su teoría de las ideas dividiendo todas las percepciones de la mente humana, todo lo que se presenta a la conciencia, en impresiones e ideas, las cuales se diferencian en primera instancia por el grado de fuerza y vivacidad de su presencia ante la mente; la distinción entre impresiones e ideas se corresponde aproximadamente con la existente entre sentir y pensar. Dice Hume:
«Todas las percepciones de la mente humana se reducen a dos clases distintas, que denominaré IMPRESIONES e IDEAS. La diferencia entre ambas consiste en los grados de fuerza y vivacidad con que inciden sobre la mente y se abren camino en nuestro pensamiento o conciencia. A las percepciones que entran con mayor fuerza y violencia las podemos denominar impresiones; e incluyo bajo este nombre todas nuestras sensaciones, pasiones y emociones tal como hacen su primera aparición en el alma. Por ideas entiendo las imágenes débiles de las impresiones, cuando pensamos y razonamos.»
Como hemos visto, a aquellas percepciones que se presen¬tan ante la mente humana con mayor fuerza y violencia podemos denominarlas impresiones.
Estas impresiones pueden dividirse en dos clases: impresiones de sensación e impresiones de reflexión (pasiones y emociones)."
Por ideas, en cambio, entiende Hume -como también hemos visto- las percepciones más débiles o imágenes de las impresiones en el pensamiento y en el razonamiento.
En principio, parece que impresiones e ideas forman dos conjuntos en los que se corresponde un elemento de uno con uno del otro. Pero esto es así sólo en apariencia, porque hay que tener en cuenta la distinción entre percepciones (impresiones e ideas) simples y complejas, es decir, entre aquellas que no son distinguibles, analizables ni separables (la idea de «rojo», por ejemplo) y las que sí lo son (la de «auto-móvil»): «Las percepciones simples (impresiones o ideas) son tales que no admiten distinción ni separación. Las complejas son lo contrario que éstas, y pueden dividirse en partes.»"
La correspondencia general entre impresiones e ideas presenta el problema de que hay ideas que no se corresponden con impresiones e impresiones complejas que no son copia¬das exactamente por ideas. Esa es la razón de que Hume, en un principio, sólo pueda afirmar la correspondencia entre impresiones e ideas simples.
Una vez establecida la correspondencia, Hume intentará establecer -como era de esperar en una filosofía empirista el punto central de toda su teoría del conocimiento: la prioridad de las impresiones simples frente a las ideas simples, aunque luego tratará de hacer extensiva esta tesis a todas las ideas.
Hume prueba dicha prioridad aludiendo a una serie de fenómenos en los que se observa una conjunción constante entre impresiones e ideas, en las que las impresiones ocupan el primer lugar." Los ejemplos-prueba que aduce Hume en favor de la prioridad de las impresiones frente a las ideas son los siguientes:
A. Para aprender el uso de un término referido a una sensación («rojo», por ejemplo) no podemos recurrir a una definición conceptual sino ostensiva (mostrar un ejemplo o varios del color rojo).
B. No podemos generar una impresión pensando simplemente en ella, es decir, a través de su idea.
C. Cuando falta algún sentido no tenemos ideas referidas a las sensaciones de ese sentido y, por tanto, tampoco pode¬mos utilizar correctamente los términos referidos a ellas (un ciego no sabe utilizar con perfección el lenguaje visual).
Además, no basta sólo con poseer la facultad correspondiente, sino que es necesario para tener la idea haberla aplicado a la correspondiente sensación.
Todos estos fenómenos parecen apoyar la prioridad de las impresiones simples respecto de las ideas también simples. Pero Hume tiene también que mostrar que esa prioridad se da entre las impresiones e ideas complejas.
Ahora bien, como Hume concibe atomísticamente las ideas e impresiones complejas como simple suma de ideas e impresiones simples y particulares, y las ideas secundarias o «ideas de ideas» -las que componen nuestros razonamientos sobre ideas primarias- remiten también por medio de las ideas primarias a las correspondientes impresiones, se podrá afirmar con carácter general lo que Hume llama «el primer principio de la ciencia de la naturaleza humana»: «Las ideas están precedidas por otras percepciones más vivaces de las que derivan y a las que representan.»
Una vez establecida la prioridad de las impresiones respecto a las ideas Hume tratará de establecer la derivación de éstas a partir de aquéllas y el modo en que se produce tal derivación. De aquí extraerá lo que se denomina «principio de derivación de las ideas a partir de las impresiones», lo que constituye un mero corolario del de prioridad, que es el verdaderamente importante:
«todas nuestras ideas simples, en su primera aparición, derivan de impresiones simples, que se corresponden con ellas y a las que representan exactamente.»
En resumen, las ideas fundamentales de Hume acerca de las relaciones entre impresiones e ideas son:
A. Existe una correspondencia -como hemos dicho ya entre la mayoría de impresiones e ideas. Además, incluso en el caso de que tal correspondencia no se diese, las impresiones . seguirían siendo los materiales de que se componen las ideas.
B. Como consecuencia de lo anterior, Hume podrá afirmar que la existencia de cualquier idea exige de hecho -aunque no lógicamente- la existencia de una impresión anterior con la que se corresponde o a partir de la cual está formada. Por tanto, las ideas representan o remiten a unas impresiones precedentes, e incluso en algunos casos esto sucede de modo exacto."
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